Científicos y científicas se abocan a este tema en el Laboratorio de Ficología perteneciente a la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias (FICA), específicamente en el Departamento de Ciencias Agronómicas. La importancia radica en su uso como biofertilizantes.
Este espacio es de reciente creación. Si bien se viene estudiando la Ficología desde hace muchos años, recién el 16 de mayo de 2018 se obtuvo el espacio físico para poder montar un Laboratorio acorde a las necesidades de los y las profesionales.
Ficología significa el estudio de las algas, en este caso específicamente algas de suelo y particularmente cianobacterias de suelo. La importancia de los/as expertos/as radica en la extracción de cualquier muestra de suelo que son llevadas al Laboratorio donde se siembran utilizando un medio adecuado de cultivo para que crezcan y después desarrollen algas de suelo que son importantes desde el punto de vista agronómico.
Lo que se busca para que sea importante desde el punto de vista agronómico es que tenga la capacidad de fijar nitrógeno atmosférico, porque las plantas no lo pueden fijar de forma directa. «Si uno va desarrollando esta técnica, que es bastante artesanal, lo que hace es ir extrayendo estas algas, específicamente cianobacterias, que se las llama «edáficas», porque son de suelo, y «autóctonas» o «indígenas» porque son las propias del lugar, y esa es la importancia que tienen», sostuvo la Dra. María Cecilia Fernández Belmonte, directora del Laboratorio.
Estas muestras los/as expertos/as las van haciendo crecer, se las observan en un microscopio a medida que van creciendo en los distintos tipos de suelo, se las aisla y se las lleva a una cámara de cultivo que tiene un control de luz y temperatura (12 horas luz, 12 horas oscuridad) que esta funcionando en este Laboratorio de Ficología.
La importancia de trabajar en estos organismos es porque uno potencia los efectos positivos que tiene las que viven en el mismo suelo. Es decir, lo que se realiza es extraer y aumentar el número, para obtener una biomasa de este grupo de algas, y luego volver a inocularlas en semillas y cultivos. La importancia de todo este proceso es para su uso como biofertilizantes.
«Se han hecho ensayos en pequeñas parcelas, no a gran escala (…) No está fuera de nosotros poder lograr un producto que sea un biofertilizante, lo que uno quiere evitar es inocular productos químicos que alteran y afectan el medio ambiente. Entonces a través de estos microorganismos sabemos que son totalmente naturales ya que viven en este ambiente y hábitat, y lo que hacen es restaurar y mejorar las condiciones de suelos que han sido erosionados e incendiados», explicó la científica.
También añadió que esto es una forma directa de contribuir a la sociedad y aportar productos que sean inocuos, sostenibles, sustentables y que puedan ser utilizados para disminuir el consumo de productos químicos ya sean fertilizantes y/o pesticidas.
«Esto podría utilizarse tanto en pequeñas parcelas como en grandes campos. El estudio de estas cianobacterias permiten determinar la calidad de suelos y usarlos como bioindicadores. Son todos aportes que se están utilizando y que los venimos estudiando hace bastante tiempo», agregó la experta.
Equipamiento. El grupo de profesionales trabaja con una cámara de cultivo, una ultracentrífuga y una autoclave digital. Al trabajar junto con el Laboratorio de Morfología Vegetal se utiliza un microscopio óptico que tiene tubo de dibujo y es uno de los pocos microscopios que existen.
Dato
Este Laboratorio está vinculado con otros laboratorios de universidades nacionales de La Plata, Córdoba, La Pampa y la de Buenos Aires. En este espacio existen varias materias de la carrera Ingeniería Agronómica, y también se utiliza para la Maestría en Ciencia y Tecnología de Agroalimentos. Además se realizan tareas de docencia, investigación y posgrado.
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Allí se publicará el álbum completo de fotografías.
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