Científica de la UNSL lidera un proyecto que busca capturar el dióxido de carbono (CO2) que emiten las centrales térmicas. El objetivo es capturarlo para reducir la contaminación ambiental. Una vez capturado puede ser almacenado o reutilizado.
La energía en Argentina, y en el mundo, se produce en gran medida a través de combustibles de fuentes fósiles. Las centrales termoeléctricas utilizan gas natural, carbón u otros combustibles para generar electricidad, lo que genera emisiones gaseosas en sus chimeneas con elevado contenido de CO2. Generalmente se generan miles de toneladas de este gas por día en una central de tamaño normal.
La necesidad de poder realizar captura en las chimeneas de estas plantas se planteó mediante una tecnología que es de la adborción reactiva de CO2 empleando materiales sólidos. En Argentina hay un equipo científico del Instituto Balseiro, con el cual expertos/as del Instituto de Investigaciones en Tecnología Química (INTEQUI) de doble dependencia UNSL/Conicet, trabajan en conjunto para desarrollar una tecnología que permita capturar el CO2 en un componente sólido y así no llegue al medio ambiente.
La directora del proyecto es la Dra. María Laura Rodríguez, quien sostuvo que esa capacidad de captura puede determinarse mediante mediciones a escala Laboratorio, estos datos pueden correlacionarse para, a través de estudio de modelado y simulación, evaluar la potencialidad de la tecnología para que sea aplicada a plantas a nivel industrial.
El proyecto tiene una parte experimental que es el desarrollo de los sólidos y otra de evaluación de su performance, es decir de su comportamiento de captura. «El sólido captura el CO2 en una etapa que es la absorción y después hay una etapa de regeneración, es decir que libera el CO2 puro que podría ir a utilización o secuestro, que sería enterrarlo en ciertos lugares aptos», dijo la experta y añadió que ese gas también se puede reutilizar porque si el CO2 se combina con hidrógeno puede generar un gas metano sintético, combustible que se puede usar posteriormente para generar energía.
Transferencia. La científica explicó que hoy por hoy es un hecho de que no se está llegando con los estándares que se habían planteado para el año 2030 tal cual lo expresado por el Panel de Expertos en Cambio Climático de la ONU, en relación al calentamiento global. Dentro de todo el abanico de posibilidad para pasar a una matriz energética libre de dióxido de carbono hay una parte que provendrá del empleo de energías renovables (sol, aire), en la actualidad representan sólo un 10% de la matriz energética nacional.
«Está previsto que cada vez aumente ese porcentaje, pero en la realidad hoy tenemos un abastecimiento del 60% por vía termoeléctrica, es decir de origen fósil (…) La transición energética va a llevar un tiempo y vamos a tener que acompañarla (…) No nos podemos librar ya de las plantas termoeléctricas. Lo que si podemos es evitar que ese CO2 que hoy liberan siga contaminando», dijo Rodríguez.
Actualmente, las plantas que tienen asociados procesos de captura por su responsabilidad social empresarial lo hacen con una tecnología que está más consolidada que es la tecnología de aminas, que son líquidos. Sin embargo, presenta algunas desventajas: son contaminantes, corrosivas y muy costosas.
Los resultados a escala Laboratorio que presentan las nuevas investigaciones científicas determinan que la absorción con materiales sólidos parecen ser una opción más interesante que las aminas, por eso está cobrando más interés e importancia el estudio de sólidos que permitan la captura. «La parte experimental se está realizando en el Instituto Balseiro, allí tenemos en codirección una becaria del Conicet, con la Dra. Gennari, del Instituto Balseiro (CAB-CNEA), y la parte de simulación las realizamos en Villa Mercedes, pero el desarrollo de la tecnología es aún a escala laboratorio. Los estudios de diseño, modelado y simulación del proceso de captura servirán para evaluar las posibilidades concretas de aplicación de la tecnología », explicó.
El proyecto se ejecutará en cuatro (4) años y con un financiamiento de seis (6) millones de pesos otorgado por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, que será invertido para las actividades del desarrollo experimental y simulación.
Nota y fotos: Prensa Institucional UNSL
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