En la década del 90 se creaba en la UNSL un laboratorio dedicado al estudio de la microbiología industrial donde se realizaba principalmente biotransformaciones microbianas, es decir que utilizaban microorganismos para producir algún tipo de sustrato de interés industrial. A más de 30 años de sus inicios, este espacio continúa investigando, esta vez focalizados en el estudio de microorganismos aplicados a la agricultura sobre todo al control biológico de hongos y podredumbres de frutas y verduras.
Las actividades del Laboratorio tienen como eje el proyecto de investigación titulado: Desarrollo de bioinsumos destinados al sector agroalimentario, del cual se desprenden dos (2) líneas de investigación: una vinculada con el uso de microorganismos de suelo y ambiente para el control biológico de podredumbres y su aplicación para la promoción del crecimiento de plantas, y otra donde se trabaja con la cerveza artesanal.
«Muchos microorganismos del suelo tienen la capacidad de ayudarle a la planta a crecer y mejorar su crecimiento, es por eso que se estudia el uso de microorganismos para aplicarlos a la promoción del crecimiento vegetal y al control de pestes», expresó la directora del Laboratorio, la doctora en bioquímica, Vivina Calvente.
Desde la línea de estudio de la cerveza artesanal, los/as investigadores/as realizan servicios y extensión con las cervecerías artesanales de la Provincia y trabajan en contacto con los/as productores. «Se realizan asesoramiento de normas de calidad, de trabajo en relación a cómo pueden manejar las levaduras que se usan para la fermentación (…) También estamos tratando de aprovechar los residuos, como es el bagazo de la cerveza que es un residuo que se produce en mucha cantidad», dijo Calvente.
Esta parte también está vinculada a la línea de la cerveza artesanal. Actualmente científicos y científicas están investigando qué otra aplicación se le puede dar al bagazo. Puede ser para formulación de alimentos balanceados para animales.
Por otro lado, parte de sus investigaciones apuntan a reducir la cantidad de fungicidas, que son agentes químicos, por hacer algo ecológico. Se buscan microorganismos del ambiente que sean capaces de ser utilizados como un biopesticida natural y así reducir los agroquímicos ya sean fertilizantes o pesticidas.
Con industrias más grandes, el Laboratorio de Microbiología Industrial de la UNSL hace dos (2) años que trabaja con las Bodegas Chandon en el análisis de sus suelos, ya que la empresa quiere llevar toda su producción a un producto totalmente orgánico.
«La empresa quería saber si pueden aprovechar los microorganismos propios del ambiente y del suelo de sus viñedos. Por ello, firmamos un convenio y estamos trabajando en analizar los microorganismos de los suelos de esos viñedos y ver qué potencial tienen para utilizarlos como biofertilizantes de las propias viñas. Hasta ahora hemos tenido bastantes buenos resultados», sostuvo la científica.
Equipo. Trabajan en el Laboratorio alrededor de diez (10) científicos/as. A ellos/as se les suman profesionales del INTA de la regional San Luis, Villa Mercedes y Quines. Principalmente son bioquímicos/as, químicos/as, biólogos/as moleculares, ingenieros/as químicos, ingenieros/as en alimentos y microbiólogos/as. «Es bastante multidisciplinario», concluyó Calvente.
Dato
El primer profesor en dirigir este Laboratorio fue el Dr. Rodolfo Segovia y le continuó la Dra. María Isabel Sanz Ferramola. Desde el 2020 este espacio es dirigido por la Dra. Vivina Calvente, con la codirección de la Dra. Gabriela Sansone.
Comenzó funcionando en instalaciones del estacionamiento del edificio de Chacabuco y Pedernera, y desde el año 2014 se encuentran instalados en el segundo piso del Bloque III.