Mañana iniciará un nuevo ciclo de CinéFilo, esta vez llamado “Subjetivaciones, diferencias, perspectivas estéticas de la actualidad”. Se proyectará “La quimera del oro”, que será la primera de cinco películas que pasarán por el auditorio Mauricio López a las 14:00 horas. La entrada será libre y gratuita.
El ciclo continuará el 7 de septiembre con la película “El Abrazo Partido”, luego el 27 de septiembre le tocará a “Magia a la luz de la Luna”, continuará el 18 de octubre con «Un castillo en Italia», y finalmente el 8 de noviembre se proyectará “El Artista”.
La actividad es organizada por el proyecto de investigación “Hermenéutica y Subjetividad: dispositivos estético-políticos en educación, arte, comunicación”, desde el que se promueve la formación por el arte como la experiencia filosófica mediante la lectura, escritura e interpretación de los textos y bienes culturales del legado histórico, clásico, y del presente; y por el proyecto de extensión “Los Derechos Humanos: una experiencia de formación con la historia del presente”.
El ciclo está dirigido a estudiantes de Filosofía del Profesorado de Educación Especial de la Facultad de Ciencias Humanas, y de Ética Profesional de la Licenciatura en Nutrición de la Facultad de Ciencias de la Salud. También está abierto como todos los años la convocatoria a instituciones y público en general.
Desde agosto hasta noviembre todas las proyecciones se realizarán en auditorio de la UNSL a las 14:00 horas en las fechas programadas para cada film. El Ciclo Cinéfilo 2017 está protocolizado por Resolución 614/17 de la Facultad de Ciencias Humanas.
Film que se proyectará
«La quimera del oro» (1925), es una película estadounidense de cine mudo escrita, dirigida, producida y protagonizada por Charles Chaplin.
El hombresillo (Chaplin), en su personaje del vagabundo, se encuentra en Klondike, atraído por la fiebre del oro. Se desata una tormenta y se ve obligado a buscar refugio, encontrando una casa aislada en las montañas, habitada por un asesino fugado, Black Larsen (Tom Murray). Y si bien éste trata de echar al vagabundo, el huracán impide a Larsen esa tarea, trayendo además a otro huésped, el gigante Mac Kay (Mack Swain). Tras una pelea en que queda inutilizado el rifle del fugitivo, los dos huéspedes logran quedarse.
Pronto les afecta el hambre, deciden que uno salga a buscar comida, y por tocarle el número más bajo entre unos naipes sacados al azar, Larsen es el elegido. Al ser encontrado por unos policías, los matará y robará su trineo, abandonando a Mac Kay y Charlot a su suerte. Los dos abandonados sucumben ante el hambre, el vagabundo prepara uno de sus zapatos, mientras Mac Kay ve visiones y cree ver en su compañero una gallina, tratándolo de comer. Será un oso, cazado por fortuna al ingresar en la cabaña, quien les salve la vida.
Al finalizar la tormenta, cada uno sigue su camino. Mac Kay se dirige a una mina de oro que encontró, pero se encuentra que Larsen ya había encontrado su concesión y por tal motivo, éste lo golpea haciendo que pierda la memoria. Mientras Larsen prosigue su camino, un gran trozo de hielo sobre el que él estaba caminando se desquebraja, haciendo que caiga al vacío y muera. El vagabundo, por su parte, va al pueblo, y atraído por las luces entra en el cabaret, donde conoce a la bella Georgia (Georgia Hale), quien decide bailar con él, sólo para sacarle celos a Jack Cameron, el donjuán del cabaret, que la desdeña. Una pelea entre los dos hombres se produce, en la que Charlot sale como azaroso ganador luego que un reloj le cayera en la cabeza a su rival, sin verlo él y creyéndose justo vencedor.
Para poder sobrevivir, se finge muerto para despertar la solidaridad del ingeniero Hank, quien lo revive y le da de comer, encargándole después el cuidado de la casa mientras él va en busca de oro. Mientras Georgia y sus amigas juegan en la nieve, resultando Chaplin víctima de las bolas de nieve por accidente, entran en la casa y para divertirse con él le prometen ir a cenar con él para Año Nuevo.
Prepara la cena con mucho esmero, pero Georgia olvida la cita divirtiéndose en el cabaret. El vagabundo espera en vano y cae rendido ante el sueño, sueña que está junto a Georgia, y la entretiene con su danza de los panecillos, uno de las escenas más recordadas de Chaplin. Pero es un sueño, se dirige al cabaret a ver a Georgia, la que acaba de recordar su cita. Va a su cabaña y la encuentra vacía, se siente triste por el vagabundo, y reniega a Jack, que sigue igual de prepotente que siempre.
Georgia manifiesta su interés por el vagabundo y éste enloquece de felicidad, pero Mac Kay, quien lo busca para recordar la ubicación de su mina, se lo lleva arrastrando. Logran encontrar la cabaña, pero en la noche el viento la lleva hasta un acantilado, donde la casa apenas se mantiene en equilibrio. Logran salir vivos, descubren que en el preciso lugar donde estaban se encontraba la mina de oro.
El vagabundo vuelve en barco hecho rico a su país, lo tiene todo… menos a Georgia. Los periodistas piden retratarlo en su traje de buscador de oro. Se cae dentro de un rollo de cuerda, lo confunden con un polizón y lo quieren expulsar del barco, pero Georgia, que también regresa a su país, trata de impedirlo pagándole el pasaje. Los demás pasajeros arreglan la situación, mientras el vagabundo y Georgia se dan cuenta que se aman, el fotógrafo insiste en tomar una foto pero es arruinada por el beso que se dan los enamorados, pero a Chaplin eso ya no le interesa.
Contacto: lilianaj.guzman@gmail.com