Un equipo científico desarrolla catalizadores para el tratamiento de aguas residuales industriales. Se busca que esa agua contaminada llegue al medio ambiente con un tratamiento adecuado. El objetivo es que el caudal pueda ser reutilizado en el proceso productivo.
Cuidar el medio ambiente de contaminantes producidos por la actividad industrial es un objetivo general de diversas aristas científicas. En este caso particular, un grupo de investigación del Instituto de Investigación en Tecnología Química (INTEQUI) se focaliza en las aguas que luego del proceso productivo industrial son desechadas.
«Después del proceso de producción donde se generó esa agua residual se busca hacer un tratamiento para que se pueda descargar sin riesgo para el medio ambiente, y además, si fuese posible, esa agua tratada recircularla y reutilizarla en el proceso productivo», explicó la directora del proyecto, Dra. Bibiana Barbero.
Para la descontaminación del agua se utilizan unas tecnologías que se llaman de oxidación avanzada, que es un proceso químico que requiere el agregado de ciertos reactivos y se utilizan materiales sólidos conocidos como catalizadores. Para estos estudios, las científicas se focalizan en aguas residuales que tengan algún contaminante que sea de difícil biodegradación. Se trabaja con aguas residuales de industria textil, cuyo principal contaminante es el colorante, y con aguas de la industria farmacéutica.
«Hemos hecho estudios con agua residual real pero muchas veces formulamos un agua residual sintética. Una vez que conocemos cuáles son los contaminantes que tiene el agua residual en la industria, la formulamos en el laboratorio para poder tener una muestra que sea de calidad controlada, es decir, que sepamos exactamente lo que tiene, para luego ver el proceso de oxidación que le aplicamos», dijo Barbero.
Lo novedoso de este proyecto es la naturaleza de esos materiales que serán los catalizadores. Se denominan redes metal orgánicas, las cuales tiene una naturaleza híbrida con lo orgánico e inorgánico, porque tienen metales como centro vinculados entre sí con compuestos orgánicos que tienen otra estabilidad, otra química. Eso confluye para lograr un material muy interesante.
Estas redes logran armar una arquitectura porosa. Adentro de esos porosos es donde tienen que llegar las moléculas para transformarse. «Se usa este material como catalizador. En este caso en particular nos interesa activar el peróxido de hidrógeno que será lo que después degradará a los compuestos orgánicos contaminantes», explicaron las expertas en química Griselda Narda y Celeste Bernini.
Todo el trabajo de investigación se trata de enfocar en que sea sustentable ambientalmente, desde la etapa de preparación de los materiales que se van a usar en el proceso de descontaminación, hasta lograr obtener un agua que se pueda reutilizar.
El equipo trabaja con el desafío de conocer cómo se van a desempeñar estos materiales y sobre todo en una fase no dispersa, es decir no como polvos dispersos en las aguas que se quieren tratar, sino soportado en superficies que se llaman monolitos. «Eso ya es más aplicable industrialmente. Se desea que el agua antes de irse, a medida que va pasando por los monolitos, se pueda tratar y purificar (…) Se requiere un tiempo para que el agua se descontamine que dependerá de la carga del contaminante, la temperatura del proceso, entre otros factores», concluyeron.
Dato
El proyecto fue seleccionado por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación y recibirá un financiamiento de ocho (8) millones para continuar avanzando en su desarrollo. El plazo de ejecución es de cuatro (4) años.
Nota y fotos: Prensa Institucional UNSL
Contacto de asesoramiento para investigadores/as sobre PICT: Secretaría de Ciencia y Tecnología de la UNSL, interno: 5558 / 5505, email: seccytr.unsl@gmail.com