Un alumno de la Licenciatura en Psicología estudia cómo el uso de pantallas altera el ritmo sueño-vigilia en adolescentes y trae consecuencias que pueden perjudicar el rendimiento escolar, la memoria, la regulación emocional y el rendimiento cognitivo.
Tomás Andrés González integra un proyecto de investigación vinculado a la salud humana desde un enfoque psicobiológico integrado. Actualmente se encuentra en un proceso investigativo que intentará obtener resultados que permitan cuidar la higiene del sueño y del descanso en adolescentes para que su rendimiento escolar no se vea alterado por consecuencias de memoria, atención y/o emociones.
Parte de estos estudios consiste en embeberse en bibliografía específica que sirva de sustento a un trabajo de campo que realizará en escuelas de la ciudad de San Luis, específicamente turno mañana, para poder analizar la situación actual en adolescentes relacionada al uso de pantallas en horario nocturno, rendimiento académico, regulación de emociones y rendimiento cognitivo, entendido como la capacidad que tiene el cerebro para funcionar y trabajar con la información que va recibiendo a través de los cinco (5) sentidos.
«Por el momento estamos haciendo tareas de investigación respecto a lo que es cronopsicología que es una disciplina relativamente nueva y lo que estamos estudiando junto con el profesor Carlos Arias es cómo los adolescentes llevan el ritmo sueño-vigilia. Queremos dilucidar si a los adolescentes les cuesta dormir durante la noche, las causas y las consecuencias», expresó González.
El estudiante explicó que según bibliografía analizada los adolescentes duermen alrededor de cuatro (4) a cinco (5) horas, cuando se espera que duerman alrededor de nueve (9). Junto a la revisión bibliográfica, Tomás se encuentra en una tarea de meta análisis. «Si uno no duerme lo necesario de noche al otro día quizás la memoria y el aprendizaje pueden alterarse y así perjudicar el rendimiento escolar», dijo y explicó que la falta de sueño afecta a diversas áreas de la vida de la persona.
Sus próximos pasos consistirán en realizar una investigación de intervención en escuelas de la ciudad de San Luis y poder realizar diferentes cuestionarios y test analíticos. «Con estos estudios quisiéramos poder aportar al desarrollo de hábitos saludables en adolescentes vinculados a la higiene del sueño y descanso. Si esto está desordenado afecta tanto a su rendimiento cognitivo y a su regulación emocional (…) Quisiéramos a futuro poder realizar talleres psicoeducativos para adolescentes con esta perspectiva del cuidado de la pantalla en las noches», concluyó.