El arte y la expresión como propuestas de articulación con barrios vulnerables


A partir de actividades tipo artísticas y socioculturales, con eje en la murga, un grupo de estudiantes de la UNSL junto con vecinos/as del barrio República, buscan fomentar el sentido de pertenencia barrial, la promoción, la comunicación, la organización y la integración comunitaria, resignificando el espacio público en su dimensión simbólica, convirtiéndose en una alternativa confortable y de inclusión.

ExpresArte se trata de un proyecto de extensión que viene desarrollándose hace varios años en distintos barrios de la Provincia. Bajo esa denominación comenzó en el barrio 1ero de mayo en 2016 y migró al República en el año 2018 donde su desarrollo se vio afectado por la pandemia, ya que no se pudo sostener un equipo de trabajo en el territorio.

«Primero que las condiciones sanitarias no permitían reunirnos y segundo que las necesidades económicas fueron cada vez más, y por ahí lo primero que les encontraba era resolver un olla popular, una merienda para el día de las niñeces. Como que la pandemia fue complejo y la idea es, aprovechando este proyecto, retomar ese trabajo y empezar nuevamente este año», explicó la estudiante de la licenciatura y el profesorado en Psicología, e integrante del proyecto, Macarena Videla.

Generando propuestas de talleres de murga, que implican actividades en simultáneo como baile, percusión, confección de trajes, el proyecto busca contribuir a una unión y organización barrial proponiendo espacios de expresión y trabajo. «En una sociedad poco participativa en los espacios públicos, y poco motivada, que en un sector social y grupo etario, haya una motivación muy fuerte, por ejemplo expresarse a través de la murga, no es poca cosa», manifestó el director del proyecto, Mgtr. Carlos Silvage.

A través de la expresión y la murga, se destaca como positivo la participación en las distintas actividades y el sentirse parte de un proyecto, como parte de un colectivo. Es la vía que tienen para trabajar los lazos sociales y fortalecerlos, ya no centrados solo en el expresarse sino también en abordar y tratar de dar posibles soluciones junto a los/as vecinos/as a las necesidades que surgen en el momento.

«Hay muchos/as chicos/as que les gusta tocar los instrumentos. Nos dicen que para ellos/as, tocar un instrumento es lo mejor que les puede estar pasando. Cuando ves que están haciendo algo que les gusta, es todo muy distinto. Me parece que surge un poco de eso, de ver que a los/as pibes les gusta mucho y que también sirve», expresó el estudiante de la licenciatura y el profesorado en Psicología, e integrante del proyecto, Sebastián Villa.

Como un nuevo taller, tienen pensado mostrarles y contarles un poco de dónde nace la murga, que surge como una forma de reclamo, de gente que estaba encadenada y las obligaban a pelear y como no era lo que ellos querían, simulaban los golpes, por eso los movimientos son muy exagerados.

«La murga es una forma de manifestación y en ese sentido el entender que es un derecho. El arte, la cultura, el apropiarse de eso y tener esos espacios, es parte de un derecho del ser humanos y de las personas, de generar estos lugares de encuentro que permitan, a través del cuerpo, de la música, de todo lo que implica el arte, poder salir a expresar lo que a uno le sucede adentro», explicó Videla.

En cuanto a la articulación que implica este tipo de proyecto, Villa manifestó que lo que hacen, lo hacen por amor, siempre impulsados en la solidaridad y en continuar construyendo con los/as vecinos/as. Por su parte, Videla resaltó que encontrar estos espacios de trabajo en territorio con la misma sociedad es una responsabilidad que enriquece la formación.

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