Las culturas comunitarias como eje de un proyecto de extensión


El trabajo Culturas Comunitarias es una relación de diálogo entre la cultura, la comunicación, el arte y la educación. El Mgtr. Marcelo Vitarelli forma parte del equipo interdisciplinario del proyecto, basado en un tema sensible y transversal a la sociedad en su conjunto, donde la Universidad se reconoce como un actor más de esa comunidad.

En sus palabras, Vitarelli afirma que Culturas Comunitarias es un tema que compete a la sociedad en su conjunto. En este sentido, es un proyecto de anclaje y alcance territorial, que no puede entenderse si no es en el territorio, porque la riqueza y naturaleza del trabajo está en los actores sociales con los que se trabaja.

El equipo busca reconocer y valorar las experiencias que se producen desde los distintos sectores comunitarios en torno a la cultura. «Muchas veces se ha hegemonizado la palabra cultura desde los organismos estatales, justamente lo que queremos levantar, relevar y transcribir es todo aquello que la comunidad produce y muchas veces está invisibilizado», explicó Vitarelli.

En esta convocatoria se asociaron con nueve (9) organizaciones sociales, entre los que se encuentran organismos no gubernamentales, sociedades civiles y de fomento, revistas culturales comunitarias, escuelas autogestionadas, municipios, entre otros. Por parte de la UNSL trabajan ocho (8) docentes pertenecientes a cuatro (4) facultades: Ciencias Humanas (FCH), Química, Bioquímica y Farmacia (FQByF), Turismo y Urbanismo (FTU) y Ciencias Económicas, Jurídicas y Sociales (FCEJS).

«Tenemos un equipo interdisciplinario, la naturaleza es de abordaje transversal, que tiene en la base un concepto muy fuerte como el diálogo de saberes», agregó Vitarelli.

Desde Culturas Comunitarias, parten de la base de entender el saber como un bien compartido entre los actores, donde la UNSL tiene que aprender a relevar y levantar con su capacidad formativa, todo aquello que se produce en el medio, reconociéndose además como una productora de cultura, pero no como la única.

Muchos de los grupos con los que trabajan han golpeado la puerta de la Universidad durante años, vinculándose en acciones parciales con la Institución. Además, muchos/as integrantes del proyecto han participado en acciones barriales. Por ello, cuando surgió la posibilidad de presentar el proyecto, comenzaron a convocar a cada uno de ellos/as. «Les contamos la idea de base y ellos fueron aportando sentido (…) el proyecto ha sido una verdadera construcción colectiva, hay un componente comunitario en la construcción del mismo: relevar sus demandas y trabajar en los territorios, intentando articular posibilidades de respuesta y de visibilización de la cultura», agregó el docente.

Desde el Proyecto se proponen mapear el territorio, para poder poner en visibilidad el mapa territorial de la cultura en San Luis. También, realizar y desplegar formaciones con graduados/as y alumnos/as de distintas disciplinas, sosteniendo que hay un fuerte componente de formación que tiene que ver con el diálogo de saberes, las culturas comunitarias y las metodologías sentipensantes.

El trabajo es uno de los proyectos de Extensión y Voluntariado Universitario seleccionado por la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU). «Para nosotros haber salido seleccionados es un gran desafío, como equipo nos estamos construyendo, cada uno/a venía trabajando en un pedacito del mapa, ahora nos reunimos, potenciamos y empezamos a crear un colectivo de trabajo», destacó.

La UNSL trabaja desde hace casi tres (3) años en una red de Universidades por las culturas comunitarias. La Institución, junto a la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y del Litoral (UNL), es fundadora de un movimiento nacional en Red de la temática. Por ser parte de la Red, el equipo pudo presentarse a una convocatoria internacional de Ibercultura viva, movimiento latinoamericano de alto reconocimiento académico y popular.

«Nos atraviesa el concepto y la dimensión de culturas comunitarias, en un proyecto de trabajo en el territorio de San Luis, en una Red de Universidades, en las que somos 12 instituciones y en un alcance latinoamericano, viendo qué ocurre con las culturas comunitarias en otros países de la región», explicó Vitarelli.

Como próximos pasos, lo primero que harán es reunirse de forma presencial con los/as actores con quienes dialogaron desde la virtualidad, re-escucharlos/as, volver a relevar sus necesidades y comenzar a lanzar y planificar instancias de formación, con sus tiempos, lenguajes y formas.

«La base del equipo es el diálogo de saberes, el saber compartido, que la Universidad pueda verse con un compromiso social y que la sociedad integre a la universidad como un actor comprometido en el desarrollo humano, ahí está el sentido del proyecto», finalizó.

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