«Combatir los incendios en Corrientes fue una experiencia imborrable»


Andrés Rosales, nodocente de la UNSL y bombero voluntario, viajó 1.300 km hasta Corrientes para cumplir con una vocación que no ha abandonado desde niño: ayudar al prójimo. En este caso, su tarea fue ayudar a combatir los voraces incendios.

A fines de febrero, Andrés viajó junto con seis (6) bomberos voluntarios del cuartel El Fortín y delegaciones de otros destacamentos sanluiseños. Él tiene 28 años, es nodocente de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias (FICA), y hace cinco (5) años que decidió enlistarse como bombero voluntario en el cuartel de bomberos voluntarios El Fortin pero su vocación de servicio viene desde niño, según contó: «Para mí fue hacer lo que siempre me apasionó, servir a los demás sin esperar nada a cambio».

Destinado a los Esteros del Iberá, colonia Carlos Pellegrini, Rosales estuvo desde el martes 22 hasta el sábado 26 de febrero, viviendo una «experiencia imborrable», tal como la calificó en una nota en la Radio de la UNSL en Villa Mercedes.

El joven ya había tenido experiencia en extinción de incendios en la zona de Villa Mercedes, pero nunca había salido de la Provincia para cumplir con esa tarea. «No fue muy distinto el trabajo. El terreno es muy llano, como acá. Mucha sequía, algo de vegetación distinta, pero el fuego es fuego y el viento lo complica todo siempre», comentó.

Recordó el alivio que trajo la lluvia del jueves 24: «fue una fiesta, la gente celebró la lluvia que cayó durante una hora y luego volvió por la noche».

Junto con bomberos pertenecientes a los cuarteles de Justo Daract, Trapiche, Cortaderas, Tilisarao, Merlo, Batavia y Buena Esperanza, Andrés Rosales permaneció en la zona de colonia Carlos Pellegrini, en la provincia Corrientes, hasta que regresó a San Luis. El domingo 27 de febrero fueron recibidos en la Villa de Merlo por vecinos y autoridades del Gobierno, con homenajes y saludos de bienvenida.

«Cuando uno va a combatir incendios trabaja las horas necesarias, a veces está ocho (8) o diez (10) horas seguidas. Se toma un tiempo para comer o te llevan la comida al lugar. Hay turnos para descansar y después seguir. Lo que pasa es que el fuego no da tregua (…) Cuando trabajamos hay un encargado de informarnos permanentemente el estado de situación en cuanto a la rotación del viento, el avance de los frentes de fuego y otros datos para mantenernos siempre en alerta», explicó.

En estas circunstancias, los bomberos atraviesan situaciones complicadas y difíciles, «cuando por la acción del fuego o del humo un bombero o un grupo se dispersa o se pierde, se debe parar toda la actuación para recuperar el personal. La consigna es: somos todos una familia, vamos juntos y volvemos todos juntos».

Por este motivo, el bombero pidió a la población evitar todas las conductas que provocan incendios o agravan las situaciones cuando éstos se producen: «Siempre clamamos para que la gente no arroje residuos en los campos, que evite tirar botellas, ya sea de plástico o de vidrio, todo es material que produce combustión o puede aumentar las llamas. Deben tener en cuenta que nosotros dejamos la familia para ir a apagar los incendios y podemos tener accidentes», reflexionó.

Nota: José Luis Baigorria

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