René Ramírez: “Hay que generar ciencia ligada a las necesidades de los pueblos de América Latina”


Tras su paso por la UNSL, en el marco de la reunión de la Comisión Permanente de Ciencia y Tecnología de la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo (AUGM), y luego de recibir el premio “Defensa de la Educación Pública”, el académico ecuatoriano dejó definiciones sobre la situación de la ciencia, la tecnología e innovación, el rol de la universidad pública en el escenario latinoamericano y los desafíos que deben enfrentar tales aspectos en la región.

Ramírez Gallegos, académico, economista, especialista en desarrollo económico y en gobierno y políticas públicas, expuso en la reunión de AUGM los cambios en educación superior en los últimos años en Ecuador, uno de los mayores inversores en educación  pública superior de Sudamérica. A través de la sanción de leyes reformistas de Educación Superior y Economía Social de los Conocimientos, la Creatividad y la Innovación, se empezó a lograr que la educación sea pública, de calidad y masiva, para contrarrestar a la gestión privada y mercantil del conocimiento.

Desde ese contexto, Ramírez Gallegos cuestiona no solo la mercantilización de la educación en los países latinoamericanos, sino también las concepciones de ciencia, algunas actividades científicas y los otros saberes no científicos que la Universidad, desde su perspectiva, invisibiliza.

Qué ciencia, qué tecnología, qué innovación

El académico considera que son retos porque hay importación de patrones epistemológicos de conocimiento –las miradas y formas de construir saberes –que imponen un  modelo de ciencia, de desarrollo tecnológico y de innovación, que no se condice con las necesidades de la región (Latinoamérica). “Necesitamos otro tipo producción de ciencia, que no sea de mala calidad,  y otro tipo  de gestión del conocimiento allí surgido. Los países del centro, del norte o industriales, son los que generan conocimientos y por eso generan un marco institucional-normativo a través de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), la Organización Mundial de la Salud (OMS), los tratados bilaterales, de inversión, de libre comercio”, explica.

“Lo mismo pasa con la innovación. Lo que debemos buscar no es solamente una innovación tecnológica, sino social. Es decir, generar pensamientos no solo académicos sino intelectuales, críticos con lo social, que permitan producir ideas que busquen transformar la sociedad, que la innovación atraviese lo social. Se necesitan ideas para producir tecnologías sociales, que no sean importadas”, agregó.

Cambios en la ciencia

Ramírez Gallegos plantea la necesidad de un diálogo de saberes, en donde la ciencia deje de tener la supremacía del saber válido. En este punto el autor menciona el concepto de epistemicidio, término que hace referencia a la liquidación formas de crear y transmitir conocimientos-saberes comunitarios, ancestrales o los propios de ciertas culturas.

El investigador argumenta que “no hay diálogos entre la ciencia y esos saberes, es por eso que necesitamos una Universidad más humilde, que no haya solo más universidades en la sociedad, sino que más sociedad en la Universidad. Las universidades todavía han quedado en torres de marfil, muy alejadas de las necesidades de las personas. Por esto es que debe haber un saber transdisciplinario”.

Desafíos en educación que tiene la región

Para el académico ecuatoriano, la Universidad latinoamericana debe entrar en un proceso de reflexión profunda. El académico plantea la necesidad de cambios, con énfasis de un pasaje de sistemas educativos que transmiten conocimientos a sistemas que generen conocimientos. En este sentido, manifiesta: “Vemos que la educación es sólo para la profesionalización, el saber utilizar instrumentos para el mercado laboral, no es una educación para la construcción de intelectuales o ciudadanos críticos que busquen transformaciones sociales. Entonces, es necesaria una reflexión amplia de la pedagogía y la epistemología empleada en la producción de conocimientos. Hay un reto enorme para pensarnos como región en el momento histórico por el que atraviesa América Latina y el Caribe”.

Además sostuvo que es necesaria una academia que rompa con la matriz cognitiva de los países industriales y así para poder emanciparnos, es decir, generar ciencia ligada a las necesidades de los pueblos de América Latina, que genere tecnologías para el bien común, para la satisfacción de derechos. «La importación de conocimiento no permite solucionar problemas propios, por ejemplo el tema de las enfermedades olvidadas», concluyó.

X