Aníbal «El Negro» Olivera se desempeñó como docente de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) durante 30 años. Al conmemorarse un nuevo día por la Memoria, Verdad y Justicia, compartimos su testimonio sobre cómo vive este 24 de marzo.
¿Cómo vive la conmemoración de un nuevo día por la Memoria, Verdad y Justicia?
Este año, el 24 de marzo me encuentra con sentimientos encontrados, debido que a 45 años del inicio del genocidio todavía estamos tratando que la verdad surja y que no solo se esclarezca todo, sino que se puedan recuperar los restos de nuestros seres queridos. Pero además me preocupa el rebrote neofascista en el país. Que una sociedad no pueda cerrar un ciclo histórico de tanta violencia, y que exista más violencia es muy grave. No hay derecho a condenar a los chicos jóvenes a una sociedad violenta e intolerante.
¿Qué puede decirnos sobre su historia?
Mi historia es la misma que la de todos los de la generación de los años 50, una historia de lucha, compromiso y entrega. Los que pudimos salvarnos del genocidio y estamos vivos para contarlo nos sentimos orgullosos de haber pertenecido a esa generación. Podremos haber cometido muchos errores, pero porque hicimos cosas.
¿Qué le diría a las nuevas generaciones sobre la importancia de mantener viva la memoria?
Es importante que los chicos se formen, que lean la historia argentina que es mágica, que no se dejen engañar por los detractores del miedo y de la miseria. Los jóvenes tienen que escuchar a su gente, a su pueblo, al trabajador y la trabajadora, esa es la historia viva de nuestro país.
Los pueblos somos los únicos protagonistas de nuestra historia, los pueblos sin distinción de raza, religión, de nada. También la de nuestra militancia y la de todas las organizaciones y personas que militaron comprometidos con un proyecto nacional y popular, reivindico esa lucha y esa democracia.
¿Cómo recuerda haber hablado de este tema durante su época como docente?
Me siento orgulloso de haber sido docente de la UNSL, siempre defiendo la universidad pública, que para mí es la única válida porque no marca diferencia. Lo privado, quieras o no, por más buena que sea, siempre discrimina. La universidad pública y la educación pública tratan que todo el mundo pueda llegar, o tenga la oportunidad de hacerlo. Me siento muy feliz de haber sido parte de ello y tengo muy buenos recuerdos de todos mis alumnos.
¿Cuál es su mayor deseo a futuro?
En cuanto a la lucha, el mejor ejemplo moral y ético del mundo nos lo han dado las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, uno sabe lo que han peleado y lo que han pasado y no tienen a sus hijos con ellas, no tienen dónde poner una flor. Mi mayor deseo es que reine la justicia y que el gobierno actual pueda ordenarla como tiene que ser y que los responsables del genocidio económico de los últimos años paguen todo el daño que han provocado.
Foto: Aníbal participando de la campaña Plantamos memoria en la ciudad de Juana koslay. Gentileza Alicia Lartigue.