A fines de mayo, con el 59,86% de los sufragios a favor, Héctor Paez se convirtió en el segundo Rector electo democráticamente en la historia de la Escuela Normal Juan Pascual Pringles. Asumirá en el cargo el 19 de septiembre. Dentro de sus propuestas se destacan el trabajo en equipo, la reconstitución de los lazos y el fomentar el espíritu crítico de los estudiantes.
¿Cómo describe su proyecto como futuro Rector de la Escuela?
Mi proyecto es pedagógico y político, ya que trata de establecer la relación entre las fortalezas que tiene la Escuela Normal Mixta, entre la comodidad de lo ya instituido y los desafíos del porvenir.
Básicamente va a apuntar a lo académico, hice mi proyecto en base a una encuesta que realicé entre una muestra aleatoria de distintos sectores docentes, de los distintos niveles. En ella surgieron muchas cosas, sobretodo desde el desempeño académico. La Mixta durante años impuso su característica, los egresados de la Institución tenían un gran peso académico. Una de mis misiones es cómo enfrentar ocasiones emergentes (como los paros o días sin clases) a través de estrategias para poder vencer.
Esto es un problema macro, ya que la cuestión salarial es un reclamo justo de los docentes, pero en mi gestión intentaré buscar la vuelta para que los alumnos no sean los perjudicados. Es decir, sin abandonar la lucha, ya que es legítima, válida y justificada, tratar desde la gestión palear eso. Es volver a instituir la clase, ese ámbito donde los chicos se hacen ciudadanos críticos y alumnos pensantes.
¿Cómo define a la Escuela?
La Mixta es una Escuela compleja, contradictoria a veces, pero tiene muchísimo potencial. No sé si es utópico, pero leyendo a Freire uno puede ser utópico, o tener la esperanza de la utopía, pero eso es infértil si no hay una acción de transformación de la realidad. A mi utopía de querer una mejor escuela, un verdadero colegio universitario, se le suma la acción.
¿Cómo define a los estudiantes?
Uno pretende utópicamente, pero a lo largo se hace realidad, que los alumnos que uno forma sean capaces de aportar su granito de arena para que sean capaces de transformar lo que nos toca vivir.
En lo pedagógico tengo pensado que los chicos tengan más días de clases. Como docente de la casa, veo que los chicos fracasan fundamentalmente en los hábitos de estudio, es decir, el estudiante universitario que recién ingresa no falla por falta de conocimientos, sino por falta de hábitos de estudio. Una de las cosas que debe formar la Escuela es ese hábito, y eso se forma si hay una cierta exigencia de parte de la institución.
Otra de mis ideas, es realizar campamentos científicos a fin de año, donde todas las áreas conjuntamente se propongan salir a localidades del interior de San Luis, llevarlos al campo a realizar actividades relacionadas a las temáticas que ven en las aulas. Por experiencia personal, a los alumnos se los conoce más en esas actividades extracurriculares, porque se acortan las distancias, sin caer en amiguismos, pero se entablan otros lazos con los alumnos y los colegas.
La Escuela necesita firmeza, coherencia y un liderazgo pedagógico y honesto. El hecho de que los chicos me votaran fue reconfortante, ya que no se pierde la esperanza. Estos chicos cuando salgan de la Escuela el día de mañana, serán ciudadanos críticos, que es lo que necesitamos.
¿Qué implica el contar con estudiantes críticos?
Los estudiantes son muy respetuosos en cuanto a temas como la diversidad de género, la empatía con otro, en eso los alumnos de la Mixta llevan un paso al frente.
Me gusta que los chicos sean críticos hasta en el modo en el que uno da clases, eso permite también tener el feedback de los alumnos y que la relación no sea sólo a través de una nota. La relación que logro con ellos, la devolución en lo académico, el poder entablar debates, escucharlos debatir con grandes argumentos es muy bienvenido.
Creo que los alumnos hacen el reclamo de que todos los docentes les permitan seguir creciendo en su espíritu crítico. Eso pasa por la seguridad desde lo disciplinar, ya que cuando un docente es seguro disciplinariamente hablando, crea y educa a alumnos creativos desde el pensamiento. Después de 30 años he comprendido eso, de poder incentivarlos.
¿Cómo proyecta su relación con los docente?
La Escuela tiene un plantel docente muy valioso, un gran capital humano, desde el punto de vista profesional, que creo que no está siendo explotado. Este año cumplo 30 años de docente, 10 en la Mixta. Cuando llegué me di cuenta de que los alumnos eran distintos, estudiantes críticos, y eso viene desde el jardín de infantes y la primaria. Una de mis misiones desde mi gestión será revalorizar el papel que tienen las maestras del nivel inicial y primario.
Otra estrategia es una mayor vinculación con las Unidades Académicas. Hay docentes que son novedosos en sus estrategias metodológicas, eso sería muy importante que se conociera, ya que muchas veces sus trabajos quedan dentro de las paredes de la Mixta porque ese docente no fue impulsado a investigar más o realizar publicaciones.
Muchas veces se confunde el rol docente con la transmisión de conocimientos, pero también en la Mixta hay profesores con prácticas innovadoras y originales, que sería bueno que se conozcan por fuera de la Escuela. Me gustaría llevarlos a formar parte de equipos de investigación, porque hay personas muy capacitadas para ello.
¿Qué políticas le gustaría implementar desde la inclusión?
Creo que tenemos que ser una Escuela inclusiva y tolerante. No todos tenemos que pensar lo mismo, desde el respeto, desde el diálogo, una escuela inclusiva admite las disidencias, pero llegando a un consenso, a una negociación. Eso la Mixta lo tiene, docentes problematizadores que hay que saber aprovechar, esto es el puntapié inicial, reconocer las crisis y con eso sumar todas las diferencias y posturas, y crear en base a eso.
En mi gestión con los padres como co-autores de la educación, siempre respetando que la autoridad pedagógica es quien está frente al aula. Quiero que los padres colaboren con los docentes quienes somos capaces de relacionarnos e incluirnos a los padres, que los chicos puedan salir mejores, desde la pertenencia y lo académico.
¿Cuáles son las fortalezas que observa en su relación con los alumnos?
Los alumnos tienen un gran sentido de pertenencia con la Escuela. A mi me gustaría pasar por la galería de los egresados y ver algo más que sus fotos, les propuse hacer dos (2) bingos y comenzar a cambiar el mobiliario. Con lo recaudado poder comprar mesas y sillas y colocarle el nombre de la promoción. De esta forma el día de mañana, cuando visiten la Escuela como graduados, puedan sentirse orgullosos de eso. Además planeo que las aulas tengan proyectores fijos. El segundo bingo será para ayudar a los padres a comprar cosas para las fiestas de egresados.
¿Proyecta cambios en la infraestructura del establecimiento?
Me gustaría reunirme con el rector electo de la UNSL y plantearle la necesidad de contar con espacios para las clases de música, de consulta y del deporte.
Yo vengo de una época en que la Mixta sobresalía en lo deportivo por su nivel, además de ser profe de matemática soy técnico superior de Volley y me gustaría que vuelva ese espíritu deportivo. Soy un convencido de que el deporte transmite valores como la disciplina, respeto, sentido de pertenencia, lealtad, honor y solidaridad, y quiero que eso sea aprovechado.
¿Cómo le gustaría comenzar su proyecto?
Lo mío comienza después del 19 de septiembre, pero estoy viendo lo que está pasando y me preocupa. Espero una gestión donde las estrellas sean los alumnos y la Escuela, que la propaganda del establecimiento sea lo que logre con los alumnos y la institución.
Además tengo muchas ganas de sumar en esto a mis colegas, que formemos equipos, que pensemos en una única Escuela y que aprovechemos el ser una institución que tiene el apoyo de la UNSL.