Dialogamos con Néstor Menéndez, historiador y docente de la Universidad de San Luis, luego de la presentación de su séptimo libro La verdadera fundación de San Luis, y dijo que “lo que tiene como original en la historiografía, es que todos los repositorios y archivos de la región han sido consultados y se ha trabajado detalladamente en cada uno de ellos”.
El historiador sostuvo que este libro reúne trabajos que fueron realizados en diferentes momentos. El más antiguo, ya tiene cuatro años, y se llama “Los supuestos fundadores de San Luis” el cual estudia si realmente los que vinieron en aquella expedición de 1594 por Luis Jufré se radicaron en la provincia, y se plantea que si no se puede constatar que se hayan radicado, entonces se vendría abajo esta teoría de la fundación de San Luis por Luis Jufré.
Asimismo comentó que “este es el trabajo más viejo y constata que casi la totalidad de los que vinieron, después se volvieron en Mendoza, San Juan o Santiago de Chile y que no se radicaron en este lugar. A partir de allí, que se constata que no hubo fundación, o población, o centro urbano, desde fines del siglo XVI, se establece una búsqueda general para ver y verificar quién o quiénes fueron los verdaderos fundadores de San Luis y en qué momento sucedió: tomando como eje la instalación de la ciudad, que tiene como centro la Plaza Independencia”, dijo.
La segunda parte del trabajo de Menéndez, que se hizo hace tres años, fue una nueva investigación en base a un documento que hace un gobernador de Chile al Rey de España y se plantea como hipótesis que el gobernador de Chile, Tomás Marín González de Poveda, es el verdadero fundador de San Luis.
“En base a esa nota del gobernador, abrimos la investigación y pudimos llegar a confirmar que este gobernador de Chile, cuando pasa por La Punta -como llamaban a San Luis los españoles- viene de España para hacerse cargo de sus funciones en Chile, y se encuentra con que había casas desperdigadas a lo largo de la ruta y que no existía un centro urbano; por lo tanto, al llegar el 13 de noviembre de 1691, en conjunto con un grupo de vecinos de San Luis, que vivían a lo largo de la ruta, se dedican a trazar un centro urbano, que estaba configurado por 25 manzanas», cuenta el historiado.
Y continúa: «Luego hace el reparto de los solares, o sea los lotes donde los vecinos se iban a radicar, y saca varias disposiciones para ofrecer a las personas chacras y estancias, una vez que se haya verificado su radicación. Al irse, sigue vigilando y cuidando de que la ciudad se consolide a través de diferentes impuestos. Ya instalado en Chile, el gobernador, envía esa carta de comunicación al Rey dónde le informa todo lo que él hizo en San Luis. A través de otros documentos, también verificamos quiénes fueron los primeros vecinos de San Luis, los problemas sociales que hacían a la vida comunitaria; y certificamos cómo se empiezan a construir los primeros edificios públicos”, detalló el profesor.
El investigador de la UNSL, para finalizar su trabajo, se preguntó ¿por qué se mantuvo el nombre de San Luis? , y contó que -en principio- fue porque Martín de Poveda no quiso cambiar el antiguo nombre del paraje, y también porque había varios vecinos de San Luis que eran encomenderos de aborígenes y debían tener la posibilidad legal de poder repartir encomiendas. «Para eso, hacían ver que fundaban distintas ciudades. Además, esos encomenderos funcionaban en Santiago de Chile como si fueran el Cabildo de San Luis; es decir la provincia era una ciudad virtual, existía en Santiago de Chile pero no acá. Esta es la hipótesis más arriesgada del trabajo que está abierta al debate y al análisis”, finalizó el historiador puntano.
Prensa FCH
Redacción: María Luz Bressan Ortega