109 ediciones renovando el compromiso con la patria y con la identidad normalista


La Escuela Normal Juan Pascual Pringles (ENJPP) celebró una nueva jornada de tradición normalista en víspera a la Revolución de Mayo. La promoción Balcarios fue la encargada de organizar la centésima novena edición, que fue escoltada por aproximadamente 2.000 personas.

La actividad inició en el hall de banderas de la Escuela donde dieron la bienvenida a esta nueva edición que se desarrolló bajo el lema Herencia de valores, compromiso eterno. En ese lugar, se pudo apreciar un cuadro histórico que representa alegóricamente a la patria chica y al pueblo puntano, personificado por estudiantes del nivel primario. Luego, alumnos del mismo nivel interpretaron el Himno Nacional Argentino en lengua de seña.

A continuación, el rector de la Escuela dio la bienvenida a la jornada cívica que culminó con una presentación artística folclórica que rinde homenaje a nuestra identidad y cultura. El encuentro continuó en la intersección de Avenida Illia y Mitre.

Allí, el Rector del establecimiento sostuvo que la procesión cívica no solo se trata de marchar, sino de honrar. «Los jóvenes nos enseñan que la patria no es solo una palabra en un libro, sino un latido que se renueva cada vez que elegimos construir, participar y elegimos estar presentes», dijo, agradeciendo a los/as estudiantes por sostener esta tradición con amor. En este sentido, dirigiéndose a la promoción Balcarios dijo: «gracias por ser parte de este legado y por cuidar lo que los estudiantes normalistas comenzaron en 1917 y por hacerlo con respeto, pasión y alegría».

Posteriormente, el rector de la UNSL, C.P.N. Víctor Moriñigo, habló a los presentes. En sus palabras destacó el rol de los/as jóvenes y su importancia en el presente resaltando que son quienes alzan la voz frente a las injusticias, quienes se organizan, quienes sueñan y trabajan por una sociedad más equitativa, más inclusiva y más humana. «Hay que militar una realidad con educación (…) nuestra tarea como educadores, como ciudadanos, como comunidad, es seguir cultivando esos valores en cada joven que pisa estas aulas», dijo.

Luego, se encendió el fuego inicial que iluminan la procesión, para luego derramarse por las calles puntanas. Iniciada la marcha, la promoción Balcarios deseó rendir homenaje al Colegio N° 1 Juan Crisóstomo Lafinur, reconociendo su compromiso histórico con el saber y el futuro común, así como el legado compartido, al haber sido cuna de los inicios de la ENJPP. Allí, descubrieron una placa como símbolo de reconocimiento en memoria y gratitud.

En su paso por la iglesia Catedral, el obispo Monseñor Gabriel Barba realizó una bendición a todas las personas que participaron de la procesión, especialmente a los/as estudiantes. Acto seguido, Gloria Inayati de la Comunidad Bahá’í, habló en representación de la Mesa Interreligiosa y destacó el honor de poder acompañar este acto tan especial.

Posteriormente, la marcha hizo su paso por la casa del Primer Gobernador Constitucional, Don Justo Daract, edificio donde funcionó la Escuela entre 1920-1928. Finalmente, en el Superior Tribunal de Justicia, la estudiante Martina Garcés Toledo, en representación de la promoción Balcarios 2025 dijo: «nuestra última procesión como estudiantes de la Mixta no es solo una despedida, es una promesa, una declaración de intenciones (…) Nuestro compromiso es eterno, porque hemos decidido que estos valores no se queden encerrados en la Escuela, sino que vayan con nosotros a donde vayamos».

El emotivo discurso culminó con palabras de agradecimiento a todas las personas que hicieron posible este evento: «esta noche empieza algo nuevo, nos vamos con la mochila llena de enseñanzas (…) pero sobre todo con la certeza que los valores que heredamos vivirán en nosotros y no los olvidaremos, porque cuando algo es verdadero, se vuelve eterno».

Sobre la carroza

Para testimoniar el lema, visualmente lo plasmaron en una carroza donde se pudo observar un compendio de objetos, personas y situaciones que pretenden representar simbólicamente el camino recorrido, un proceso de construcción nacional y el crecimiento de un pueblo.

Se pudo observar en la carroza las escaleras que representan el camino ascendente del pueblo argentino desde los albores de la revolución de mayo hasta nuestros días con errores y aciertos. Cada peldaño representa un valor heredado: la libertad, la igualdad, la justicia, la solidaridad, la empatía y la participación. Subir por esta escalera es recorrer el proceso histórico de lucha, unión y esperanza que dio forma a nuestra identidad nacional y normalista.

La alfombra roja es un tributo visual de la entrega de generaciones que con coraje y esperanza forjaron nuestra identidad. Asimismo, la patria ha sido representada en clave femenina como madre protectora, generadora de vida, de cultura y de pertenencia. Junto a la patria se pudo observar un estudiante con su atuendo característico que recuerda a la patria construida día a día en cada aula, donde se preservan los derechos y enseña a pensar para vivir en libertad.

Con el escudo se deseó visibilizar y reconocer la pertenencia a un proyecto nacional con el que se destaca el orgullo y compromiso con sus tradiciones institucionales y con el futuro. El espejo, visualmente proyecta la imagen de quienes contemplan la carroza, invitándolos a verse como protagonistas de la historia y guardianes de los valores heredados. Las antorchas simbolizaron el fuego eterno de los ideales originarios de nuestra nación.

El sol acompañó el escudo representando el momento fundante, esa luz primera y guía de los pasos de un pueblo que eligió la libertad. El sol ubicado detrás de las figuras representa una visión más amplia, el sol de todos, el que ilumina el pueblo argentino como un todo.

El libro, una memoria viva de quienes forjaron un camino. La bandera argentina representó el abrazo firme que sostiene la identidad, no solo es un símbolo, es el alma y la patria que envuelve y contiene.

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