Las alteraciones se deben a un contaminante que trae el tabaco. Se trata de cadmio, un metal pesado calificado como uno de los más tóxicos. Además del cigarrillo, el cadmio se encuentra en otros elementos de uso común como pinturas, toners y fotocopiadoras. En San Luis se ha detectado en aguas y suelos.
Un estudio científico de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) analizó el efecto de la contaminación de cadmio en próstata. Se descubrió que el elemento químico altera las células e impide la reproducción. La investigación, dirigida por la Dra. Silvina Álvarez, determinó que este metal pesado afecta a las células produciendo apoptosis que es un tipo de muerte celular programada.
Debido a que se conoce la contaminación con cadmio y sus efectos en salud, la Doctora en Bioquímica y Licenciada en Biología Molecular decidió investigar qué pasaba a nivel de sistema reproductivo. Su investigación se concentró en estudiar la próstata, órgano que colabora en la formación del semen. Si bien los testículos producen los espermatozoides, la vesícula seminal y la próstata colaboran para hacer funcionales a los espermatozoides.
Los estudios se realizaron en un modelo animal cuya fuente de hidratación fue agua contaminada con cadmio. Este consumo ocasionó un tejido deforme de las células. Si bien no produjo la muerte del animal y ninguna enfermedad cancerígena, a nivel histológico (estructura) era totalmente anormal.
Las células de la próstata son altas debido a su continua producción de sustancias. En las células estudiadas por la Dra. Silvina Álvarez se veían «chatas», con un tejido deforme. «Los tejidos de próstata por dentro tienen como unas ondulaciones generadas por las mismas células y hay una zona donde ellas van volcando su producto (…) acá no pasaba esto, no tenían esas ondulaciones, eran como unas células chatas y bajas. Notábamos que no era funcional», explicó.
Para corroborar eso que se observaba en el microscopio, se realizaron unos marcadores genéticos que detectan la apoptosis que es una muerte programada de la célula. «Hicimos estos marcadores y efectivamente nos dieron elevados, es decir que las células se estaban muriendo» dijo. Esto llevó también a estudiar qué pasaba en los testículos, «los resultados fueron los mismos; un testículo poco funcional», remarcó.
El impacto. Los estudios concluyeron que a nivel animal esta contaminación con cadmio ocasionaría un gran impacto ecológico debido a que los animales no se podrían reproducir. «A nivel de ser humano no hemos realizado estudios pero calculamos que también». Añadió que en Asia es donde se presenta el mayor número de personas contaminadas con cadmio, debido a la producción de arrozales y el uso de aguas contaminadas para cultivar.
En los países asiáticos prevalecen las investigaciones a nivel óseo y renal ya que el riñón es el único órgano que trata de eliminar el cadmio hasta que colapsa y muchas personas mueren por falla renal. «Nosotros fuimos los primeros en trabajar en próstata y nos han solicitado nuestras publicaciones», contó.
El cigarrillo. Más allá de que se ha detectado cadmio en diversos elementos cotidianos, este metal pesado está en el cigarrillo. El fumar es una práctica habitual de muchas personas y sus efectos son severos. «El cadmio no se puede eliminar del organismo tan fácilmente, es acumulativo». La profesional explicó que existen alternativas para prevenir la contaminación (por ejemplo: el uso de guantes y barbijos para personas que manipulan pinturas, fotocopiadoras y toners) y evitar riesgos, pero el cigarrillo es por consumo y para evitarlo las personas deberían dejar de fumar.
Una dieta antioxidante. El cadmio al generar estrés oxidativo, uno de los elementos que se comenzó a estudiar para contribuir a paliar sus consecuencias, fue la soja. El consumir una dieta más rica en soja u otras sustancias antioxidantes ayudarían. «Como cadmio genera sustancias tóxicas para las células si consumimos un antioxidante va a disminuir su nivel y proteger más las células», explicó.
Dato
A nivel nacional su grupo es uno de los primeros en trabajar sobre esto, específicamente vinculado a próstata. Un grupo científico de Buenos Aires lo hace en el sistema reproductivo femenino.
Fotos 1 y 4: extraídas de la web