Investigación de la UNSL obtuvo un nuevo subsidio de la Fundación inglesa Rufford


Se trata del estudio participativo de biodiversidad que la bióloga Ana Ochoa y su equipo llevan adelante sobre mamíferos medios y grandes del país. En el año 2019 su investigación sobre pequeños mamíferos recibió un primer subsidio de la fundación internacional. En esta oportunidad, la experta y su grupo de investigación recibirán 6 mil libras.

¿Cuál es su área de estudio y cuáles son los objetivos del trabajo de investigación que lleva adelante?

Estudio, junto con integrantes del proyecto Biodiversidad desde el Sur, la ecología de mamíferos del centro oeste de Argentina, enfocándonos en su diversidad. El proyecto presentado ahora a los subsidios Rufford se enfoca en estudiar la diversidad de mamíferos medios y grandes, desde muestreos ecológicos y metodologías etnoecológicas, es decir entrevistas y actividades con las comunidades locales.

Trabajamos en territorios muy diversos, incluyendo dos (2) parques Nacionales (Parque Nacional Sierra de las Quijadas y Parque Nacional Talampaya) y cinco (5) reservas privadas, ubicadas en las sierras de San Luis.

¿Qué implica desde lo personal y profesional este nuevo subsidio de la Fundación inglesa Rufford?

Este nuevo subsidio nos permitirá por un lado, completar el equipamiento requerido para monitoreos de fauna de vertebrados de acuerdo a protocolos y estándares internacionales del Programa de Pesquisas en Biodiversidad (PPBio), un programa internacional de integración de investigaciones ecológicas, del que participamos en el proyecto. Por otro lado, nos permitirá afianzar vínculos con las comunidades, registrar y poner en valor sus conocimientos y relaciones bioculturales y generar una red de colaboraciones e interacciones entre reservas de San Luis. Esto generará además un marco de trabajo y vínculo para diferentes actores/actrices en la conservación de la fauna nativa.

En el 2019 su trabajo fue uno de los primeros proyectos de la UNSL en quedar seleccionado, ¿Cuál fue el impacto de este subsidio en la investigación? ¿Qué destacaría de esa primera experiencia?

El subsidio Rufford 1, que nos fue asignado en 2019 permitió conseguir el equipamiento para el monitoreo de mamíferos pequeños y realizar el mantenimiento de los módulos RAPELD (RAP por evaluaciones rápidas de biodiversidad y ELD por Estudios de Larga Duración) instalados en Argentina y el montado en nuevos sitios.

Esta metodología está siendo implementada por nuestro proyecto desde 2015 y permite estudios comparativos e integrados de la biodiversidad de diferentes regiones y organismos.

Actualmente existen tres (3) sitios activos en San Luis, uno (1) en la Rioja y uno (1) en Santiago del Estero, todos disponibles para cualquier grupo de trabajo al que le interese participar. La idea es articular investigaciones desde diferentes enfoques y fomentar la colaboración de distintos grupos de trabajo, incluyendo investigadoras/es, estudiantes, docentes y pobladores.

El subsidio tuvo enorme impacto ya que permitió consolidar la implementación del PPBio en Argentina, abriendo las puertas a articulaciones y estudios comparativos e integrados de nuestros ecosistemas.

¿Cómo impactará este nuevo subsidio en su investigación? ¿Cómo serán las actividades de ahora en adelante?

El nuevo subsidio permitirá la realización de nuevos estudios en los sitios RAPELD, referidos a mamíferos medianos y grandes, que nos permitirán a su vez integrar con los datos de biodiversidad tomados anteriormente (de otros organismos, incluyendo mamíferos pequeños y vegetación). Además, la propuesta para esta segunda parte del subsidio Rufford, tiene un fuerte enfoque comunitario, incluyendo la realización de entrevistas a pobladores y actividades lúdico-educativas en articulación con las diferentes comunidades de los sitios de estudio, incluyendo la comunidad originaria Clara Chutun en San Francisco del Monte de Oro.

¿Cuál piensa que es la importancia para la Institución de que su trabajo haya sido nuevamente seleccionado?

Para la Institución representa un aporte en tanto colabora en disponibilizar este sistema metodológico para otros grupos de trabajo interesados en monitorear condiciones ambientales y organismos biológicos.

El RAPELD puede ser considerado un Laboratorio a campo, que permite evaluar cambios en un territorio, con una potente metodología estandarizada, que tiene la gran ventaja de permitir la integración de información (dado que produce datos directamente comparables, a diferentes escalas espaciales) y el trabajo colaborativo (dado que plantea estudios en un mismo territorio, de diferentes grupos, con protocolos claros y adaptables a diversas condiciones).

La Institución adquiere así un lugar cada vez más afianzado, como parte de la red internacional del PPBio, una propuesta de vanguardia, sumamente necesaria para el monitoreo de la biodiversidad a escala local, regional y global.

Foto: Archivo Prensa UNSL

X