El C.P.N. Víctor Moriñigo, rector de la UNSL y vicepresidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), dialogó con Noticias UNSL sobre el balance anual de aniversario de nuestra Institución y de los desafíos que tendrá la educación superior el próximo año.
Nuestra Institución cumplió 50 años, ¿cómo vivió este acontecimiento y todos los eventos que se desarrollaron para conmemorar el aniversario?
Será un año que quedará en la historia y estará signado por dos (2) eventos que creo serán históricos para este 2023. Por un lado, los 50 años de la UNSL y por otro, la cantidad de elecciones que tuvimos a nivel nacional, provincial y municipal, lo que realmente nos atravesó. Esas dos (2) grandes noticias se llevaron la atención de la comunidad universitaria y está bien que así sea, porque somos un organismo, además de académico, que está atravesado por todas las cosas que le pasan a la sociedad.
Muchas veces hay una contradicción, ya que se le pide a la UNSL que se comprometa con el medio en el que está inserta, pero después se le pide no sentir, no decir, no explicitar, no tomar partido. La Universidad se vio involucrada, en el buen sentido, en muchas discusiones, contextos, explicaciones de lo que iba a pasar, sobre todo en el ámbito nacional que es el que más nos interpela porque la dependencia es nacional.
Junto a los 50 años y las elecciones, un tercer punto, que no ha sido tema porque es una ventaja para la Universidad, es lo económico. No ha sido un tema porque lo hemos llevado adelante muy bien, y la Universidad internaliza muy bien la administración de los fondos. Digo esto en el marco de lo que vivimos alrededor, en la provincia de San Luis, la Municipalidad y los cambios de gestión tortuosos a nivel nacional, provincial y municipal. La Universidad hoy no atraviesa esos inconvenientes y creo que eso es un activo, un gran valor para nosotros.
Lo económico no ha sido un tema gracias a la expertise de quienes administran la Universidad; los/as Decanos/as lo han llevado muy bien, que son los primeros que contienen la situación de la administración de las Facultades en un contexto complicado de 150% de inflación. También hubo una muy buena gestión de las paritarias docentes y nodocentes, que la ha llevado adelante el secretario General de la UNSL, Dr. Raúl Gil.
Recientemente descubrimos una placa con la Junta de Historia y uno de ellos me dijo algo muy lindo: «Vas a quedar en la historia no solo por haber estado en los 50 años, sino como el que terminó de abrir las puertas para que la Universidad se relacione con todos». Me gustó mucho el reconocimiento, no para mi persona, sino para saber que quizás en la historia abrimos una puerta que no podrá cerrar nadie.
Se nos criticó mucho a los universitarios de haber sido una isla, estar cerrados y creo que después de la pandemia nos terminamos abriendo definitivamente, y pueden venir las sociedades civiles, ONGs, organismos, instituciones, municipalidades, gobiernos y a nadie se le pregunta la afiliación política y eso me parece que es algo que llegó para quedarse y que será muy bueno para el futuro.
Este año la UNSL tiene un gran número de estudiantes que eligieron anticipadamente a la Institución, ¿qué podría decirnos de esto?
Siempre aprendí que la cantidad de ingresos es contracíclico a la economía. Esto quiere decir que cuando peor estamos en cuanto a lo económico, más chicos/as eligen la Universidad. Eso está bueno, ya que vienen a cumplir sus expectativas, sueños y esperanzas, porque saben que la cosa está mal afuera y por lo tanto vienen a instruirse y prepararse para el mercado laboral. No es una sorpresa, se sigue manteniendo esto.
También tiene otra mirada. Es complicado el afuera y por ello tenemos que contenerlos mucho más con becas, con el relacionamiento con sus materias, con saber que es más difícil alquilar, comer, que tengan que trabajar y estudiar. Además tenemos una conformación distinta de estudiantes, con más puntanos que personas de afuera y también sabemos que más de la mitad de los/as ingresantes ya no tienen 18 años, entonces son chicos/as que por algo han entrado más tarde, quizás han renovado ese sueño, han sido madres o padres, han trabajado y ahora regresan. Considero que académicamente la Universidad está en una interpelación, al igual que todas las Instituciones del país, que es tratar de aggiornarnos a los nuevos tiempos y tener el desafío de transformarnos y no deformarnos en nuestra calidad.
No hay que tener miedo de dar algunos pasos, como la incorporación de la inteligencia artificial, de modalidades más flexibles a la hora de tomar clases, de tomar la virtualidad como una opción y además, sueño con que la libertad de cátedra, uno de los principios reformistas, sea no solo qué temas dar, sino cómo darlos. Es decir, que podamos darlos a nivel de videos, entonces que los chicos no tengan que venir a las teorías y se queden en sus casas. Sueño con eso porque creo que los chicos nuevos lo están demandando.
Por supuesto que el encuentro es lindo, aprender del otro, de los compañeros, del grupo, todo eso no se tiene que perder. Por eso digo que hay un desafío de transformación, siempre cuidando la calidad de la Universidad. Vamos a transitar este camino, estoy seguro que hay un cambio de época en general, solo que no nos damos cuenta porque la estamos viviendo.
Las universidades todavía tenemos el monopolio de la certificación del saber y a eso lo tenemos que utilizar bien. Tenemos un enorme activo que es el reconocimiento de la sociedad al sistema universitario argentino, es decir, cuando tenemos un producto hecho por un universitario del sistema público, confiamos a ciegas. Tenemos un gran valor, que por ahí no lo normalizamos, pero en otros lugares del mundo no es así. La gente cree en la universidad y en lo que se produce y a eso lo tenemos que defender.
¿Cuáles son los desafíos que deberá enfrentar el sistema universitario en el próximo año?
Lamentablemente, todo lo que nosotros soñábamos se va a ver puesto en jaque por la condición económica. Todos creemos que en función de la representatividad que tiene el nuevo Presidente, van a pasar cosas, de hecho, están pasando cosas, que van a poner en jaque a la Nación como la conocemos, para bien y para mal. Vamos a ver cómo cae en el estado de ánimo de la gente, de quienes lo acompañaron y van a ir teniendo un poco de desilusión, y de quienes no lo acompañaron, que seguirán pensando así y cómo vivirán ese enojo.
Ese proceso social tendrá a la Universidad atravesada, por los paros, enojos gremiales, por la situación económica. Lamentablemente se va a reducir la discusión del 2024 al funcionamiento de la universidad, digo lamentablemente porque me gustaría hablar de desarrollo y crecimiento y estamos hablando solo de funcionamiento. Pese a eso, tengo la esperanza que si el tema es político y económico, lo podamos sortear, pero si ya es social y de una magnitud que no manejemos, nos escapará.
Si en la pandemia pudimos salir adelante, con personas muriendo, nosotros podremos atravesar lo que viene, tenemos que encontrar la vuelta, priorizar y comunicar bien. Si el tema es político, también lo podremos resolver, tenemos un muy buen andamiaje de relacionamiento político. Actualmente soy Vicepresidente del CIN, eso para nosotros es una ventaja. Tenemos excelentes relaciones con el Gobernador de la Provincia, con intendentes de San Luis, los que se fueron y los que llegaron, y también estamos trabajando en construir un relacionamiento con el gobierno nacional, donde nos hemos predispuesto a dialogar y tender puentes.
Tenemos un grupo de legisladores nacionales que provienen de la universidad pública, de diferentes partidos, con los que nos relacionamos muy bien, y el Congreso Nacional será un garante de la autonomía universitaria. Uno tiene que ser esperanzador de que si es económico y político, tendremos la sabiduría para poder resolverlo.
A lo mejor, muchos/as ingresantes no han vivido una crisis, ¿qué le diría a quienes a pesar de esto, están decidiendo empezar una carrera universitaria?
Le diría que sin dudas el camino de entrar a la Universidad te cambia la vida para bien. La Universidad tal cual la conocemos sobrevivió más de 500 años; es un proyecto milenario que ha seguido existiendo a pesar de guerras, dictaduras, crisis y debacles económicos y la Universidad siempre siguió en pie. Dicho esto, la opción de estar en la Universidad es disruptiva, porque te cambia la vida para bien, no hay otra alternativa más linda que uno pueda elegir con esa edad, que ingresar a la Universidad.
Esa transformación no solo es en el saber, sino como persona, ya que al transitarla en una edad muy linda que son los 20 años, te va moldeando las relaciones, te das cuenta cómo encajás en un grupo, en qué sos bueno y en qué no, vas creciendo desde el saber y desde tu persona casi en conjunto. Eso te determina después, con tus relaciones personales, con tus parejas, con tus hijos.
La Universidad es muy respetuosa con quienes se quieren involucrar en la vida política o seguir un tema, como la inteligencia artificial, la lucha por el medio ambiente y también con quienes no quieren involucrarse en la vida política. Mi recomendación es que utilicen esta hermosa oportunidad que nos regala el pueblo argentino de tener una educación pública y gratuita.