«Estos reconocimientos no son personales, son también de quienes te formaron, con quienes colaboraste y a quienes vas formando»


El Dr. Daniel Enriz, investigador superior del CONICET y actual director del Centro Científico Tecnológico del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CCT- San Luis), fue nombrado recientemente como Profesor Emérito de nuestra Institución. Junto a esto, logró la Mención de Honor al Valor Científico otorgada por la Honorable Cámara de Senadores de la República Argentina. En esta entrevista, nos cuenta cómo comenzó el vínculo con nuestra Casa de Estudios, lo que significan estos logros y sus objetivos a futuro.

¿Cómo inició tu vínculo con la Universidad Nacional de San Luis?

Yo hice el secundario en la Escuela Normal Juan Pascual Pringles (ENJPP). Luego hice la carrera de Bioquímica. En mi carrera de investigación, si bien la hice mediante becas o como investigador del CONICET, la unidad ejecutora fue la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia (FQByF) y años más tarde el Instituto de Biología. Tengo un vínculo total y estrecho con la UNSL. De hecho, todavía me junto con mis compañeros del secundario, tengo un tema de pertenencia que es muy importante. Cada tanto también me junto con mis compañeros de bioquímica, el vínculo queda.

¿Qué recuerdos tenés de tu etapa como estudiante y docente

Afortunadamente tuve una educación pública muy buena. De hecho, en ese momento se rendía un curso de ingreso en la Universidad y la Escuela Normal estaba exceptuada de hacerlo. Pese a esto, yo lo hice igual y lo aprobé.

Mi carrera dependió de la educación pública, sino seguramente no podría haberla hecho. Mis padres son de clase media y por ello soy un defensor de la educación pública, porque implica un ascenso social para las personas.
Tuve personas muy importantes en mi vida profesional, colegas que me formaron y me dieron un lugar, como el Dr. Esteban Jáuregui en Química general, el Dr. José Pedregosa, el Dr. Mario Estrada, la Dra. Graciela Zamarbide, y otras personas que me formaron primero como profesores, luego como ayudante de ellos. Tuve colegas como la Dra. Ana María Rodríguez que fue mi compañera de escritorio durante mucho tiempo cuando estuve empezando. Junto a esto, mis primeros discípulos, el Dr. Fernando Surive, el Dr. Héctor Baldoni, el Dr. Fernando Gianinni.

Nombro a todas estas personas porque creo que estos reconocimientos no son personales, son también de quienes te formaron, con quienes colaboraste y a quienes vas formando. En este sentido, un hecho destacable es que el actual decano de la Facultad, el Dr. Sebastián Andujar, hizo su tesis doctoral conmigo, lo que es un gran orgullo para mí. Por ello, agradezco a la Facultad y a su Decano por la nominación y al Consejo Superior y al rector Dr. Raúl Gil por darme este nombramiento. El tener el reconocimiento de tus pares es lo más importante, porque significa que algo he hecho bien. Pero insisto, no es un logro personal, sino de todas las personas que estuvieron en el camino.

Uno de los aspectos que las personas más destacan en tu trayectoria es el haber sido formador de profesionales, ¿qué podés decirnos sobre esto?

Uno trata de no dejarse engañar por el ego, pero si hay algo de lo que me siento orgulloso es de la cantidad de gente que formé. Hay muchos investigadores en distintas categorías y partes del país. 24 tesis doctorales en mi disciplina son muchas. Esto me deja la tranquilidad que quienes vienen son mejores que yo.

Uno hace bien el trabajo cuando tus discípulos te empiezan a superar. Afortunadamente he tenido muy buenos discípulos, todos han puesto su esfuerzo y han logrado este objetivo. Muchas personas han venido a formarse desde el exterior y han sido profesionales con quienes he realizado trabajos de colaboración.

La UNSL no es una institución tan grande, yo me formé con un grupo que era pequeño en su momento, ahora son más de diez (10) investigadores y entre becarios y otras personas que colaboran somos como 18, un grupo grande.

¿Qué implica este reconocimiento como Profesor Emérito de la UNSL?

Por un lado significa una satisfacción, porque desde mi mismo grupo se realizó la iniciativa con la ayuda de otros investigadores del país y del extranjero. También implica una gran responsabilidad, ya que en este momento estoy jubilándome. La idea sería poder seguir colaborando en lo que se pueda, sin quitarle el espacio y el protagonismo a la gente que viene. La mayoría de ellos ya están formados, pero siempre desde la experiencia se puede ayudar en lo que la Universidad necesite. Es una satisfacción enorme.

Sé que muchos colegas, algunos que han sido docentes míos, me han recomendado y agradezco mucho a todas las personas que me apoyaron en esto.

¿Qué podés decirnos sobre la mención que recibiste en el Senado?

Este reconocimiento es importante por el ente por el que viene. Es algo más puntual, es un reconocimiento al mérito científico. En este caso lo colocaron en una de nuestras líneas de investigación, que es Alzheimer. Al igual que lo que dije anteriormente, es un reconocimiento a mucha gente que ha trabajado y colaborado. Nosotros tenemos colaboraciones en esta línea de investigación con gente de Holanda, Eslovenia y Eslovaquia. Son muchas las personas que trabajan para tener esos logros.

El tema en sí es complicado, porque es una enfermedad que no solo afecta a la persona que lo padece, sino a todo su entorno. No hay una cura, por lo que cualquier avance sobre el tema, aunque sea paliativos. Nosotros buscamos nuevos inhibidores de la enzima acetil colinesteresa, con el objetivo que si uno lo toma en una etapa temprana, el proceso sea un poco más lento.

¿Qué le diría a las nuevas generaciones de docentes e investigadores?

Yo les aconsejaría que prueben y traten de ver lo que es la investigación. Estamos atravesando una época complicada en cuanto al financiamiento de la ciencia, no podemos soslayar esto. En este momento, con los sueldos que hay, no podemos lograr que la juventud se entusiasme, pero estas profesiones te permiten formarte con muchas personas, conocer otras culturas en otros países, buscar colaboraciones, etc.

Les aconsejaría que al menos prueben, que empiecen en los últimos años de la carrera, que vean qué se hace, que tengan un tema que les interese, porque necesitamos investigadores. Algunos ya nos estamos yendo y no existe el recambio necesario, porque hay muchos jóvenes que se ven decepcionados por la lentitud en las promociones, por ejemplo. Un país que no tiene ciencia y tecnología no puede tener un buen futuro, por esto es importante luchar para que esto se logre.

¿Qué es lo más lindo que te ha dejado tu profesión?

Muchos amigos, que primero fueron colegas y después se han convertido en personas muy cercanas y que están en distintas partes del mundo. Los Doctores Diego Cortez Martínez de la Universidad de Valencia (España) y José Javier López Cascales de la Universidad de Cartagena Murcia (España) son algunos de ellos, con quienes tengo muchos artículos y he logrado además de un vínculo académico y profesional, un vínculo personal de amistad. Lo mismo con personas de Argentina.

Creo que otra cosa muy importante es haber formado un grupo en el que hay armonía y que se llevan bien.

¿Algo más que quieras destacar?

Tengo un signo de pregunta en cuanto a las actividades que tendré con esto. Seguramente será apoyar al grupo en la parte de investigación donde tengo bastante experiencia, en comisiones y todo lo que necesite la Universidad.
No me canso de agradecer, porque uno cuando entra en esta profesión no piensa en tener estos logros y para mí, lo más importante es haber formado gente.

Cuando uno se va y deja a personas mejor formadas que uno, ha hecho el trabajo correcto para la Institución. La UNSL tiene una tradición importante en ciencia y es nuestro deber y obligación el mantenerla y defenderla, aún en los tiempos que estamos viviendo actualmente.

Fotos 3 y 4: gentileza CCT San Luis

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