Salud para la justicia, justicia para la salud


El 26 de junio se conmemoró el Día Internacional contra el Tráfico Ilícito y Abuso de Drogas. Bajo el lema de este año, se puso en eje a la justicia y la salud como dos (2) caras de la misma moneda para abordar los problemas de las drogas. Las familias, instituciones educativas y las comunidades desempeñan un papel crucial en el apoyo a las personas jóvenes que pueden verse afectadas por este flagelo.

El problema mundial de las drogas tiene amplias repercusiones en la salud y el bienestar de las personas, las familias y las comunidades, como así también en la seguridad y el desarrollo sostenible de las naciones. Por ello, es esencial prevenir y abordar los problemas de las drogas en toda su complejidad, a fin de cumplir una promesa mundial fundamental, consagrada en los objetivos de Desarrollo Sostenible: no dejar a nadie atrás.

Salud para la justicia, justicia para la salud, subraya la importancia de adoptar un enfoque integral que abarque la salud, los derechos humanos, la justicia penal y las instituciones de servicios sociales, para dar una respuesta a las drogas fundamentada en los derechos y la salud a fin de que todas las personas puedan vivir con salud, dignidad, paz, seguridad y prosperidad.

Sobre el Día Internacional contra el Tráfico Ilícito y Abuso de Drogas

Mediante la resolución 42/112, aprobada el 7 de diciembre de 1987, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió conmemorar el 26 de junio como «Día Internacional contra el Tráfico Ilícito y Abuso de Drogas». El objetivo de ello, fue el de reforzar acciones y cooperaciones con el fin de alcanzar una sociedad libre del consumo de drogas.

La Asamblea General mantuvo un periodo extraordinario de sesiones dedicado a las drogas en abril de 2016. El documento resultante de dicho periodo extraordinario, propone recomendaciones para reducir la oferta y la demanda, así como para mejorar el acceso a medicamentos controlados y restringir su desvío al mercado ilegal.

También se tratan cuestiones relacionadas con los derechos humanos, los jóvenes, los niños, las mujeres y las comunidades; otros problemas incipientes, como las nuevas substancias psicoactivas; el fortalecimiento de la cooperación internacional; y vías alternativas de desarrollo. El texto destaca la importancia de que existan políticas y prácticas condenatorias para los delitos relacionados con las drogas y apoya la prevención y el tratamiento.

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