El Dr. Olsina es uno de los referentes en el fortalecimiento del campo de la química en San Luis. En este sentido, trabajó para el crecimiento de docentes del área, en el prestigio de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia, y en el desarrollo de centros de investigación en distintos lugares del país. Docente emérito de la UNSL, ex funcionario y primer director del INQUISAL, Roberto nos cuenta en esta entrevista cómo ha vivido su experiencia en la Institución.
¿Cómo inició su relación con la Universidad Nacional de San Luis?
Yo nací en La Pampa, en un pequeño pueblo del norte de la Provincia y realicé la escuela primaria. En la década del 50 no existía el secundario en mi pueblo, por lo tanto el secundario lo hice en la ciudad de Santa Rosa, en el Colegio Nacional. Mi familia era muy humilde y tuve que ir a un hogar escuela para hacer el colegio. Me recibí de bachiller Nacional en la ciudad de Santa Rosa.
Cuando terminé el secundario vine a San Luis. Realmente mi intención era estudiar Química en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) pero por algunas circunstancias especiales vine a San Luis en el año 1963 y estudié la Licenciatura en Química.
Los estudios universitarios en San Luis se realizaban en la Facultad de Ciencias, a la que siempre he considerado una institución realmente ejemplar, perteneciente a la Universidad Nacional de Cuyo en ese momento.
En esa institución, que era la única Facultad que existía en San Luis de la Universidad Nacional de Cuyo, convivían los psicólogos, pedagogos, químicos, físicos, bioquímicos, farmacéuticos, matemáticos y realmente era una comunidad universitaria completa, donde existían prácticamente todas las ciencias.
Me recibí de Licenciado en Química y debo decir que tuve profesores realmente excepcionales en la carrera. Realmente lo digo con mucha emoción porque tengo el recuerdo de profesores como el Doctor Gabino Puelles, el Doctor Antonio Tomás D´ arcángelo y especialmente a mi director de tesis y profesor de química analítica, el Doctor Carlos Benjamín Marone, a quien lo recuerdo realmente con mucho cariño y consideración.
¿Cómo era la relación con esos docentes que lo marcaron en su carrera?
Realmente no éramos muchos alumnos y era una comunidad realmente espectacular desde todo punto de vista. Dada la categoría que tenían esos profesores y la relación cercana entre profesores y alumnos, realmente los recuerdo con mucha emoción.
Luego comencé la carrera docente, siempre prácticamente en el área de química analítica. Comencé como ayudante alumno, fui avanzando, y llegué hasta profesor titular.
En el año 1973 se creó la Universidad Nacional de San Luis y hubo épocas realmente turbulentas, tanto para las cuestiones institucionales, como para toda la Argentina.
Dentro del área de química analítica, con la concurrencia del Dr. Carlos Benjamín Marone y del profesor Ricardo López Guillermo Bianchi se creó un ámbito académico muy importante para la química analítica y con la contribución realmente excepcional de profesores que venían de la Universidad Nacional de La Plata. Eso también fue realmente importante para la evolución de la química analítica en San Luis y pude hacer la tesis para obtener el título de doctor en Química.
¿Cómo comenzó su vocación en la docencia? ¿Qué recuerdos tiene?
Donde me tocó actuar, en el área de química analítica, la docencia siempre fue una cuestión principal, además de la investigación científica.
Marone era un docente de una calidad excepcional, muy exigente para sí mismo pero también para todo el cuerpo docente. Ahí aprendí lo que es la docencia y la importancia que tiene la educación. Siempre me gustó mucho la docencia. Me parece que es una cuestión esencial dentro de la universidad.
¿Qué puede decirnos sobre su rol en la formación de recursos humanos?
La formación de recursos humanos dentro de la universidad también tiene que ser una cuestión esencial. Tuve muchos alumnos de posgrado y de doctorado, no recuerdo cuántos, pero fueron muchos. Siempre la docencia es un ida y vuelta con los alumnos.
También entré al CONICET y llegué a las máximas categorías dentro de la investigación científica, así que también debo decir que la investigación científica es esencial, no solamente por el conocimiento y por el avance del conocimiento, sino por la relación que tiene que haber entre la investigación y la docencia.
También ha ocupado cargos en gestión, ¿cómo recuerda esas etapas?
Cuando finalizó la dictadura militar comenzó la época de la normalización de la Universidad. Una de las primeras acciones del gobierno constitucional que se inició en 1983 fue la normalización de la Universidad, que había sufrido los embates de la dictadura. Todos estábamos muy entusiasmados cuando comenzó la época democrática. Yo fui decano de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia (FQByF). Nos presentamos a las elecciones con mucho entusiasmo con Alberto Puchmüller, persona a la que recuerdo realmente con mucha emoción y creo que ha sido uno de los baluartes esenciales de la Universidad Nacional de San Luis.
La fórmula era con Puchmüller como decano y yo Vicedecano, pero él en forma prácticamente inmediata fue elegido como Rector. En aquellas épocas no era elección directa, sino que se realizaba a través de los cuerpos colegiados elegidos en forma primaria. Luego, el Consejo Directivo se reunió y fui elegido Decano de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia, un orgullo para mí. En aquellos tiempos el mandato era de dos (2) años.
A mí me gustaba tanto la docencia y la investigación que cuando se cumplieron esos años volví al laboratorio y a la docencia. En el año 2001 fui elegido Vicerrector junto con el «Chango» Arias, fue rector de la universidad y yo fui vicerrector durante dos (2) períodos. Naturalmente esas funciones son diferentes a la docencia y a la investigación, pero también por supuesto tengo recuerdos importantes. Fueron épocas muy complicadas al menos en el primer periodo con Arias, pero pudimos salir adelante y hacer cuestiones importantes dentro de la universidad.
¿En cuanto a su rol también en el Instituto de Química qué podría destacar?
El trabajo como investigador en el Conicet siempre fue de mi mayor interés. En el 2007 tuvimos la posibilidad de construir institutos de doble dependencia entre la Universidad y el Conicet. En San Luis ya existían dos (2) institutos muy importantes como el IMASL y el INTEQUI. En ese momento tuvimos la posibilidad de crear otros institutos y propuse junto con mis colegas crear un Instituto de Química en San Luis, así fue que se creó el INQUISAL.
¿Cuál considera que es la importancia del Instituto en este momento y cómo ve el crecimiento del campo en el que usted se formó?
La química en San Luis siempre fue una de las carreras troncales de la Facultad y dentro de la Universidad. La posibilidad de creación de institutos de doble dependencia produce un avance importante, porque se pueden tener mucho más becarios y más investigadores. A ese Instituto lo tengo muy dentro de mí.
¿Qué sintió al ser designado como Profesor Emérito?
Creo que es el mayor orgullo que uno puede tener dentro de la Universidad.
¿Qué nos diría sobre el próximo aniversario de 50 años de la Universidad?
Considero que la educación pública para la Argentina ha sido un gran logro de toda la sociedad argentina. La educación pública tiene que ser cada vez mejorada, ya que en todos los ámbitos tiene nuevos desafíos. Hay más posibilidades de mejorar la educación y así tiene que ser, cada vez mejor.
Yo creo que la educación va a ser el motor fundamental para que la Argentina pueda resurgir y pueda llevar al país nuevamente al lugar que le corresponde.
Por supuesto que los desafíos para mejorar la educación son muy grandes y es muy dinámico el problema. Con todas las cuestiones de la informática actualmente, los docentes tienen que ponerse al día en cuanto a la enseñanza. Considero que debería ser recuperado el sistema de concursos dentro de la universidad, que me parece que en eso se ha producido algún tipo de retroceso. La calidad de una universidad evidentemente está dada por la calidad de sus profesores.
¿Qué consejo le daría a los estudiantes que están pensando en iniciar la carrera en química y a los colegas que están actualmente desarrollándose en el campo?
Es muy importante que la universidad pueda desarrollar la vocación de los jóvenes hacia la química y hacia todas las ciencias. Nuevamente considero que la educación es fundamental. Le diría a todos los jóvenes que se acerquen a la universidad.
Deseo que el éxito que ha tenido la universidad en estos 50 años, pueda aún mejorar más y que dentro de 50 años sea todavía mucho más exitosa que ahora.