La bióloga Ana Ochoa lleva adelante un estudio sobre pequeños mamíferos en distintos puntos del país. Este año su rama de investigación recibió un subsidio otorgado por la Fundación inglesa Rufford, uno de los primeros proyectos de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) en quedar seleccionado.
El subsidio de Rufford se otorga a proyectos de conservación en diferentes puntos del mundo, con preponderancia en investigaciones que se realizan en países del hemisferio sur. El equipo liderado por Ochoa, recibió alrededor de 250.000 pesos que se emplearán para profundizar los estudios en las provincias de La Rioja, Santiago del Estero y San Luis.
Las investigaciones se centran en realizar un análisis comparativo de ensambles de pequeños mamíferos de diferentes lugares del centro y centro norte de Argentina, focalizando el estudio en la región del Chaco Árido. La provincia de Santiago del Estero es el sitio más al norte. También se están realizando muestreos en el Parque Nacional Talampaya en La Rioja y en San Luis se incluyeron dos (2) sitios: el Parque Nacional Sierra de las Quijadas y las Sierras de San Francisco.
«Rufford financia mayoritariamente trabajos que tengan grandes desarrollos de campo (…) Me postulé en marzo de 2019 y nos otorgaron el subsidio en junio pasado (…) Hemos activado la compra más grande del financiamiento que es la adquisición de Trampas Sherman que permiten capturar al animal vivo y sin hacerles ningún daño. Son trampas livianas y desmontables», dijo la científica.
El financiamiento se empleará en el proyecto de investigación Biodiversidades desde el Sur, específicamente a la línea Ecología de Mamíferos y dentro de ella a la rama de Pequeños Mamíferos, denominada: Implementando una propuesta de monitorio de biodiversidad con el sistema rapel: primer paso, monitorio de pequeños mamíferos, que coordina la Lic. Ana Ochoa en la cual se utiliza la metodología del Programa Internacional de Investigación en Biodiversidad (PPbio) de integración de datos para poder trabajar en mismos sitios diversas disciplinas con diferentes organismos y escalas.
«Utilizando esta metodología cubrimos diferentes características del paisaje y de la vegetación sobretodo cómo están definidas estas ecoregiones (…) El Chaco Árido es una de las regiones más grandes de Argentina y como es tan grande tiene mucha variación hacia adentro, y lo que queremos ver es qué tanto afecta esa variación en los ensambles de mamíferos, si cambian muchos las especies, si tienen alguna dinámica diferente, y para eso el planteo es hacer un monitoreo a largo plazo», explicó.
El subsidio es por un (1) año y está planteado un muestreo en cada lugar para poder hacer una comparativa de los ensambles de los diferentes lugares. «En las tres (3) provincias vamos a estudiar en general lo que es pequeños mamíferos. Una de las cosas que queremos investigar es la diferencia entre los distintos lugares (…) ¿Todos los animales del Chaco son parecidos y pueden vivir en cualquiera de sus puntos? ¿Algunas especies se adaptan a todos los puntos y otras no? ¿Cambian las abundancias relativas? son algunos de nuestros principales interrogantes», añadió la doctoranda en Biología.
Metodología de trabajo
Según explica la científica recabar estos datos no se hace de un momento para el otro. Los resultados se van obteniendo acompañados de un proceso que incluye: campañas de campo y análisis en los laboratorios.
«Para investigar organizamos campañas de campo. Muestreamos cinco (5) noches en cada sitio, pero las campañas son de siete (7) días. En el Parque Sierra de las Quijadas las campañas son de 14 días porque tenemos una superficie mayor para investigar y las parcelas están ubicadas en extremos. La propuesta es ir cada seis (6) meses pero es difícil de sostener porque nunca tenemos asegurado el financiamiento. Nos conformamos si podemos hacer una campaña al año. Las hacemos generalmente en otoño porque es realmente donde hay más abundancia de pequeños mamíferos».
Mientras duran las campañas los animales pasan una instancia de procesamiento. Se toman medidas, se registra el sexo, el estado reproductivo y se toman muestras de heces, pelo (para la identificación de las especies) y de ectoparásitos (se extraen pulgas y garrapatas).
Para trabajar los investigadores utilizan instrumentos de capturas y muestreo. Básicamente se usan las Trampas Sherman que tienen un límite de tamaño de los animales que pueden entrar. «Trabajamos con trampas de capturas vivas y la mayoría de los animales son menores a 200 gramos», detalla la bióloga.
Se trabaja con metodologías estándares en las tres (3) provincias. Las acciones siguen la misma lógica. «Ponemos una trampa cada diez (10) metros a lo largo de 250 metros. También hacemos una comparativa en vegatación, pero con menos énfasis. Para ello medimos a lo largo de esos 250 metros con un método estándar de descripción».
Respecto a la categorización de las especies, Ana Ochoa sostuvo que se tienen en cuenta dos (2) organismos: la Unión para la Conservación Internacional de la Naturaleza, quienes hacen amenaza de riesgo de todas las especies del mundo que hayan datos suficientes, y a la Sociedad Argentina del Estudio de Mamíferos.
Problemática social en San Francisco y respaldo en la ciencia
La localidad de San Francisco viene atravesando una situación que logró la unión de la comunidad para su posible solución. Se trata de una problemática que tiene que ver con el asentamiento de una mina de extracción de litio en la zona, cuya instalación aún no se concreta y sería -según advierten los vecinos- peligroso para la población, fauna y flora.
«Miembros de la Asamblea de Vecinos se acercaron a preguntarme si había una manera de participar y armar un relevamiento de biodiversidad, con el objetivo de darle valor al lugar como territorio de conservación a partir de identificar especies claves como indicadores de condiciones ambientales», contó la científica.
Ana Ochoa sostuvo que solo se puede percibir cambios si se obtiene un dato antes de la perturbación y un dato después. El objetivo de la comunidad es hacer un estudio que permitiera saber cómo son las condiciones actuales de San Francisco para que en el caso de instalarse la mina poder tener un antes para comparar.
«Cuando nos invitan les propongo a los vecinos si quieren formar parte del PPBio ya que una de sus anclas está puesta en el trabajo con las comunidades locales», añadió Ochoa quien explicó que la primera fase del pedido de la comunidad en San Francisco se financiará con el subsidio de Rufford, específicamente la parte de pequeños mamíferos.