Este trabajo se realizará entre la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Hospital Garrahan. Las acciones se concretarán mediante la firma de un convenio, que buscará crear un marco entre instituciones públicas, para generar transferencia de conocimiento y concretarse en la elaboración de formulaciones pediátricas.
El anuncio fue realizado este martes, en la última sesión extraordinaria del Consejo Superior. Sobre esta iniciativa, el rector C.P.N Víctor Moriñigo destacó que este convenio es una excelente noticia para terminar el semestre, y agradeció a la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia por todos los aportes y colaboraciones realizadas durante esta época tan compleja en cuanto a la salud.
El trabajo se llevará a cabo de forma interdisciplinaria. Por su parte, la UNSL será la responsable del desarrollo y elaboración de minicomprimidos bucodispersables. Por otro lado, la UBA realizará los controles de calidad y el destinatario final será el Hospital quien distribuirá los medicamentos.
Sobre este convenio, la Dra. Silvina Favier explicó que las necesidades de las formulaciones serán solicitadas por el Hospital, de acuerdo a lo que consideren de más urgente elaboración. Consultada en cuanto a la importancia de este trabajo, la experta agregó: «Participar de este tipo de acuerdos es posicionar a la Universidad en lugares relevantes a nivel nacional y más aún en cuanto a lo que tiene que ver con la salud pública».
Además, la responsable del área de Tecnología Farmacéutica I, explicó que en lo profesional es un gran desafío; y en lo personal, es poder concretar una idea del grupo de trabajo de investigación que está formado por investigadores del área y codirigido por la Dra. Claudia Ortega y el Dr. Diego Cifuente.
La Dra. Favier agregó que en cuanto a las expectativas, se destaca el poder lograr la concreción de un trabajo interdisciplinario tan importante, como es el dar respuesta a problemas y demandas que son desatendidas por el sector privado.
Al mismo tiempo explicó, que en la tarea de rutina en una farmacia hospitalaria pediátrica, se debe ajustar la dosis de un medicamento para adultos para ser administrado a un/una niño/a ya que no todos los principios activos se fabrican con dosis pediátrica, por ejemplo un antihipertensivo entre tantos. «En este sentido es que ponemos los conocimientos adquiridos y la tecnología disponible para que esta tarea sea menos tediosa y fundamentalmente cuente con la rigurosidad de la eficacia y seguridad», finalizó.