La Universidad Nacional de San Luis (UNSL) cuenta con una planta potabilizadora que actualmente produce 800 litros de agua envasada semanales para consumo interno. Esta planta depende de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas y Naturales (FCFMyN) y opera desde el Departamento de Física. Cuenta con la habilitación del Registro Nacional de Establecimientos (RNE) y cada lote de agua está aprobado por el Código Alimentario Argentino.
El Dr. Daniel Guerreiro, director de la planta, expresó que el agua natural de San Luis es óptima, en términos físico-químicos, por su balance iónico. A partir del agua de red, buscan recuperar y preservar las cualidades naturales del agua que en su origen proviene de los diques y estos, de arroyos y vertientes. A su vez, a partir de distintos tratamientos de filtración, decantación, clarificación y un triple paso por rayos UV, aseguran su calidad microbiológica para que sea limpia, potable y apta para consumo. Además, el especialista comentó que es analizada a través de pruebas sensoriales para asegurar que su sabor sea agradable.
La estructura está ubicada en la cara sur de la planta baja del edificio El Barco, en Chacabuco y Pedernera. Guerreiro afirmó que es un área específica, acondicionada bajo los criterios sanitarios y de las buenas prácticas de producción. Posee una zona externa de recepción de agua donde se hacen acondicionamientos primarios; una interna, donde se realizan los tratamientos finales y almacenan los lotes producidos en los bidones lavados y sanitizados; y un depósito de repuestos como filtros específicos y otros insumos necesarios. En cuatro (4) a siete (7) días, los lotes de agua producidos son analizados en los laboratorios de la UNSL. Una vez aprobado el control, se distribuyen a distintas dependencias de la Universidad, de acuerdo a un cronograma establecido.
Esta iniciativa surgió a partir de estudios realizados por un grupo de investigadores del Departamento de Física, formado por el Mgtr. Jorge Follari, el Dr. Eduardo Garis y el Dr. Amilcar Fasulo, que indagaron acerca de sistemas de tratamientos de agua destilada a partir de la energía solar. A través del tiempo, estos conocimientos permitieron la creación de la planta potabilizadora en la administración del ex rector Dr. Félix Nieto Quintas y en la actualidad cuenta con el apoyo de la nueva gestión.
El proceso
Guerreiro explicó que, básicamente, se recepciona el agua de la red y pasa por una serie de tratamientos físico-químicos, sin modificar el balance de minerales. Se hacen las primeras etapas de filtración y luego un proceso de decantación y clarificación. Una vez realizados estos pasos, el agua se transfiere por bombeo a la zona interna de la planta, allí continúa la purificación, a través de una cascada de filtros (de mayor a menor tamaño de poro), y el agua acumulada se almacena en un tanque. A continuación, es analizada físico-químicamente para realizar los ajustes pertinentes como, por ejemplo, el contenido de cloro.
Después, pasa por una etapa de microfiltración a partir de un gradiente de tres (3) filtros y, finalmente, el producto realiza un triple paso por lámparas UV para eliminar toda bacteria u hongos remanente a nivel celular para así poder ser envasado en bidones de 20 litros, lavados y sanitizados. Previamente, a través de prefiltros y filtros de adsorción de carbón activado, se acondiciona el sabor del agua.
Crédito
Leisa Gónzalez, estudiante becaria en Prensa Institucional de la UNSL.
Fotos: Portada: archivo Prensa UNSL
Fotos 2 y 3: gentileza