Los elencos de Teatro Universitario tienen una larga historia. El dictado de los talleres en la Universidad Nacional de San Luis está destinado a toda la comunidad y ha tenido como resultado la producción de importantes obras. A poco de conmemorarse un día más del Teatro a nivel mundial (27 de marzo) se revaloriza la actividad teatral en la Institución.
Desde 1991 la actividad teatral de la UNSL se coordina desde el Área de Teatro que depende de la Secretaría de Extensión Universitaria. En la actualidad, sus directores son Marcelo Di Gennaro y Marcela Aravena. Algunas producciones han tenido la posibilidad de presentarse ante el público de la Provincia, y en algunas oportunidades de asistir a eventos teatrales universitarios nacionales e internacionales.
Di Gennaro ha vivido más de la mitad de su vida haciendo teatro. Su debut fue en el año ´76 en Córdoba, con la obra «sodoma 2000». En una época que se buscaba silenciar muchas cosas, luego de dos (2) funciones la obra fue bajada de cartel. En ese momento volvió a San Luis y se contactó con Luis Rezzano en el año `77 y a partir de ese momento comenzó su actividad en el teatro universitario como actor. A pesar de su primera experiencia, define al teatro como la profesión que lo atrapó para siempre y también como una trinchera para decir lo que quería decir, como una forma de luchar.
Los talleres son abiertos a la comunidad en general y es allí, donde Marcelo ha notado algunos cambios significativos tanto en los interesados en unirse a ellos, como así también en el público que asiste a las obras. La Provincia comenzó a tener un público cada vez más activo, que se acerca a los espacios de teatro independiente. Al mismo tiempo, este cambio lo observa en los organismos oficiales, que cada vez impulsan más políticas para promover el arte teatral.
Como coordinador, Marcelo destaca que en estos 30 años el Centro Cultural de la Universidad es y ha sido un espacio emblemático y reconocido por artistas de todas las latitudes. Sin embargo, una de las cosas que más lo emociona, es la posibilidad de que jóvenes del interior provincial o de barrios alejados puedan disfrutar de una obra en el auditorio Mauricio López. «Hemos ido a lugares donde la gente no ha visto nunca ninguna obra, que no conoce las salas. Ese es nuestro trabajo, difundir nuestra historia, la historia del teatro«, afirmó.
Uno de los proyectos que Marcelo tiene es el de trabajar en escuelas de barrios marginales y fomentar la comunión del teatro comunitario. «La Universidad puede y tiene que ir al barrio. A través del teatro podemos ser el puente para vivir esta experiencias y así generar una actividad comunitaria, solidaria, donde se enseñen los valores, el compartir, el estar con el otro», dijo. Al mismo tiempo, destaca la necesidad de trabajar en la continuidad de estas experiencias, para que los jóvenes no sientan un fracaso si no tienen más oportunidades de asistir a una obra.
Otro de los desafíos es mantener un trabajo permanente con las escuelas y los estudiantes universitarios para que vean lo que es el teatro y se comiencen a interesar en él. Al ser talleres integradores y constituirse como espacios de creatividad donde todos tienen acceso, mucha gente se acerca convencida de que el teatro los puede sacar de una mala situación.
La creatividad no es sólo para el artista, sino que uno debe ser creativo en todos los ámbitos de la vida. Es necesario comunicarse, juzgarse, mirarse. El trabajo en esta profesión es siempre con el otro pero al mismo tiempo empieza con uno mismo, es un autoconocimiento que permite salir al exterior.
Marcelo destaca que con el pasar del tiempo, se han incorporado a los talleres estudiantes de carreras humanísticas (al principio eran la mayoría de sus alumnos), y luego comenzaron a interesarse estudiantes de ingenierías, arquitectura, ciencias biológicas y deportistas. Esto se dio por otra de las maravillas de la profesión, ya que el teatro ayudaba a los arquitectos a trabajar con el reconocimiento de los espacios a través de los sentidos, a los biólogos a comprender la vida compartida en el escenario y a los deportistas los ayuda sentir al otro en el escenario para poder trabajar en equipo. Al mismo tiempo, el teatro le sirve a los docentes en su forma de conectarse con los alumnos, de proyectar su voz.
Sobre los talleres de Teatro Universitario
Desde hace casi 30 años existe esta propuesta para la comunidad, sin embargo, estos últimos años se están tratando de buscar nuevos formatos para la convocatoria de aspirantes. Mucho tiempo se trabajó en la formación de los actores, pero San Luis creció y por ende, creció su oferta. Ahora se elige al teatro como carrera.
Como docente de los talleres, Marcelo explica que la técnica que se adquiere en la capacitación y en la experiencia en el escenario no es difícil de transmitir, sin embargo lo difícil es el compromiso por la actividad y eso se incorpora al ir apasionándose por lo que se hace. Al mismo tiempo añade que los nervios son siempre los mismos a la hora de salir al escenario, pero sin embargo nunca una función es igual a la otra.
Poder sufrir en el escenario, emocionar, hacer reír a la gente, es el juego con el público y la comunión con el espectador es lo que cierra el círculo de hacer teatro. Ver a los artístas arriba del escenario conmueve a Marcelo por el compromiso, solidaridad y comprensión que logran, todos aquellos valores que se incorporan a través de los talleres de teatro.
Para obtener más información sobre los talleres que se dictan desde la Secretaría de Extensión Universitaria, comunicarse telefónicamente al: 4520300 interno 5123 o vía correo electrónico a: seu.unsl@gmail.com