Recientemente, la Dra. Celeste Aguirre Pranzoni, investigadora del Instituto de Investigaciones en Tecnología Química (INTEQUI) y docente de la UNSL, fue distinguida en la categoría Estímulo del premio franco-argentino Científicas Que Cuentan, organizado por la Embajada de Francia, el Institut français d’Argentine, CONICET y Sanofi. En diálogo con Noticias UNSL, nos cuenta sobre su trabajo en la divulgación de la biotecnología en escuelas primarias y secundarias, los objetivos del mismo y la importancia de este reconocimiento.
¿Cómo te enteraste de tu reconocimiento al premio franco-argentino Científicas Que Cuentan?
Un día sábado me sonó el teléfono y en la pantalla vi CONICET, obviamente atendí con mucho miedo pensando que era una estafa. Al atender me preguntaron si era la Dra. Celeste Aguirre y me comunicaron con el Secretario de Relaciones Internacionales. Al pasarme con él, me felicitaron y dijeron que la comisión evaluadora del premio había decidido darme una mención a la categoría Estímulo. En ese momento me sorprendí gratamente, porque nunca pensé estar en la líneas de tantos proyectos evaluados, que si no me equivoco, eran 180.
¿Qué implica esto desde lo personal y lo profesional?
Desde lo personal significó reconstruir mi identidad, reconocerme y visualizarme allí como divulgadora, no solo como docente científica. Eso me impactó, por lo tanto me apuntala hacia nuevos retos dentro de la profesión de ser científica.
¿En qué categoría recibiste la distinción? ¿Qué implica esta categoría?
La categoría Estímulo es contarle al mundo lo que estás haciendo, teniendo un alcance fuera de tu ciudad. Esto puede hacerse desde algo básico como tener un instagram. Implica además tener avales, recomendaciones y un plan de divulgación.

Contanos un poco el trabajo que realizás, ¿cuáles son los objetivos?, ¿Hace cuánto trabajás en él?, ¿En qué espacios?, ¿Es un trabajo que realizás en equipo?
El trabajo que nosotros realizamos tiene como objetivo llevarle a pequeños/as y grandes el conocimiento de que existen materiales alternativos al plástico, a la madera, al hierro, al ladrillo, que son los biomateriales. Particularmente dentro de este grupo, están los micomateriales, que son aquellos hechos a base de hongos. Esta tecnología es la que estamos desarrollando dentro de nuestro grupo de investigación y es de alto impacto social y tecnológico, por lo cual, cuando visitamos escuelas los/as chicos/as pueden verlos, tocarlos. Ahí es donde viene la sorpresa para ellos, cuando saben que los hongos sirven para hacer casas, empaques, que no son malos y comienzan a tener una nueva visión sobre ellos.
El objetivo en particular de este trabajo que llamamos «Chau plástico», es que los/as chicos/as conozcan las alternativas y no solo los problemas que causa el plástico. Creo que ya no hace falta pregonar sobre los mismos, ya que son visibles, desde los basurales a cielo abierto, hasta los problemas hormonales que tenemos a causa del mismo.
A este trabajo no lo hago sola, me acompañan alumnos/as a todos los sitios a los que he ido. Un impulsor bastante fuerte fue el Instituto de Tecnología Química en el cual estoy, quienes hicieron un espacio llamado INTEQUI Explora, lugar donde cualquier científico podía llevar conocimiento de este tipo a las escuelas. Sin embargo, yo me fui más allá del INTEQUI Explora, hice mi propio instagram y comencé a movilizarme desde mis propios impulsos de querer contar y la emocionalidad que me causa la experimentación y querer despertar esa curiosidad.
¿Qué implica también desde tu rol de mujer científica este reconocimiento?
Creo que siempre el impacto es para otras mujeres. Cuando queremos visualizar científicos, es inevitable ver que las figuras más importantes han sido hombres, pero también hay muchas mujeres muy importantes.

En mi caso particular soy madre de dos (2) preadolescentes, que están 24/7 conmigo. Tuve a mis dos (2) pequeños durante mi doctorado y realizo mi labor científica, como madre y docente, muy a pulmón y muy sola en cuanto a la crianza. No digo que a todas las mujeres nos pase lo mismo, porque algunas tienen la ayuda justa y necesaria.
No creo que la diferencia sea por ser mujer, sino que a veces nuestra sociedad y cultura siempre dejan rezagada la atención a la mujer y se piensa que tenemos que ser fuertes por naturaleza y poder hacer muchas cosas.
Soy de una generación de mujeres empoderadas. Nunca consideré que tener hijos impidiera mi desarrollo, todo lo contrario, pero no es fácil la tarea como madre y como mujer que tiene que hacer muchas cosas sola. Por todo esto, que te reconozcan como mujer científica para mí significa un montón, es salir a la luz a pesar de la cantidad de trabajo extra que tenemos como mujeres. Desde este lugar lo puedo contar así.
¿Cuál es la importancia de representar de esta forma a la UNSL y al CONICET San Luis?
En cuanto a esto, deberíamos consultarlo con las autoridades. Sin embargo, creo que si ven que esto se visualiza, que se premia, que se hacen visibles a los/as divulgadores/as, es un buen momento para decir: «podemos invertir en esto».
Cuando salió INTEQUI Explora, la Institución era mediadora y se cubrieron los gastos para esas tareas. Sin embargo, al abrirme más allá de eso, haciendo tareas como grupo, tuve el aval de INTEQUI, pero tuve que poner dinero de mi bolsillo para viajar, movilizar recursos, hacernos remeras, etc. Hay cosas que salen del bolsillo de uno por la emocionalidad y el empuje para hacerlos.

¿Algo más que quieras destacar de tu trabajo y del reconocimiento?
Desde el 2019 venimos invadiendo los medios, pero el año pasado hicimos un pico muy alto en divulgación en escuelas. El salir a divulgar, ver niños felices, emocionados, saber que despertás vocación, fue parte de la recuperación de una depresión que había empezado a vivir. Si bien en estas situaciones uno trabaja con profesionales para salir adelante, también busca sus fortalezas. Por eso, para mí la divulgación no implicó solo hacer sonreír a otros, despertar curiosidad científica, sino despertar ese pedazo de mi alma y mi espíritu que me sostiene.
Me encanta la docencia, me encanta trabajar con chicos, porque el servicio es algo que nos enriquece como seres humanos y nos hace más humildes ante todas las situaciones que vivimos, más resilientes y nos da el propósito de vida.
Cada día que despierto sé que en mi laboratorio y mis espacios de trabajo hay alguien que espera nuestras enseñanzas, nuestras emocionalidades con la ciencia. Motivar al otro para mí es parte de una restauración en mi humanidad y espero que esto que vivo se lo haya podido transmitir a quienes trabajan conmigo y que en algún momento puedan contar su historia en la divulgación. El que tiene pasión, despierta pasiones.
Agradezco a mi grupo de trabajo, que cada día nos vemos y son parte de quienes me empujaron a estar y postularme. También a la Institución, que su rol más importante es motivar y no apagar. Finalmente, mi mayor agradecimiento es a los/as divulgadores/as, a los/as comunicadores/as y periodistas que me han hecho entrevistas, notas, ya que gracias a cada una de esas notas se ha podido hacer visible la ciencia, el trabajo y la pasión. Creo que esta visibilidad nos hace grandes desde la humanidad.
Conocé más sobre el trabajo de la Dra. Aguirre en el instagram: @ materiales_biohibridos
Fuente consultada: CONICET San Luis