Luego del desarrollo del 35° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries en Territorio Huarpe, Comechingón y Ranquel, integrantes de la UNSL nos comparten sus visiones y los aspectos que destacan del masivo evento.
Por su parte, Irma Ortíz Alarcón, Representante del Consejo Universitario de Género y Diversidad de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) expresó que el evento fue una experiencia muy importante, no solo para el movimiento feminista y transfeminista, sino para toda la población puntana. En este sentido, sostuvo que el Encuentro permitió poder bajar algunos mitos que fueron alimentados por distintos medios de comunicación e instituciones, que planteaban que el Encuentro iba a generar disturbios, entre ellos, que no debían salir niños varones o que tenían que esconderse.
«Parecía que fuéramos un movimiento agresivo, violento, que no tenía nada que ver con lo que se propuso (…) no hubo una difusión suficiente de los 105 talleres que se ofrecieron, en los que se discutía de forma horizontal, se planteaban las experiencias de lo que cada mujer vive en su territorio, tanto en lo nacional como la experiencia de compañeras de otros países», agregó Ortíz Alarcón, destacando además el nivel de diversidad que permitió el evento.
Sobre los aspectos que destaca del Encuentro, explica que el evento ofreció algunas aristas que fueron puestas por primera vez en acción en esta edición. Una de ellas fueron los talleres de niñeces y adolescencias sin tutelaje, donde hubo una reivindicación y se invitó a los/as/es adultos/as/es a correrse del adultocentrismo y entregarles el protagonismo como sujetos de derechos. En estos talleres apareció con mucha fuerza el pedido por la aparición de Guadalupe Lucero.
«El Encuentro nos devolvió unas manera de expresarnos con alegría, con creatividad, desde la cultura y con una agenda política en construcción (…) para quienes vivimos aquí fue poder vivenciar de manera directa la belleza de la diversidad en términos de géneros, identidades, orientaciones sexuales y temas y actividades culturales», expresó.
Otros aspectos destacables del Encuentro fueron la defensa del territorio, el respeto por otras formas de relacionarse con el entorno, la interdependencia con la naturaleza y la oposición a la criminalización de la protesta, por la violencia ejercida contra la Comunidad Mapuche.
Sobre el rol de la Universidad Nacional de San Luis, Ortíz destacó la importancia de que la Institución ponga a disposición su infraestructura, y un equipo de trabajadores/as nodocentes que garantizaron las condiciones logísticas que permitieron la realización de actividades del Encuentro. «La universidad estuvo a la altura de las circunstancias, en relación a la responsabilidad que tiene como institución pública, laica y comprometida con las agendas sociales (…) esto creo que fue también el resultado de un esfuerzo de una comisión de compañeres que trabajaron en procesos de articulación con distintas instituciones, una de ellas la UNSL».
En este sentido, la representante del Consejo de Género de la UNSL explicó que si bien la política de género en la Institución es aún incipiente, se va expresando. «Esta forma de articular con la comisión organizadora es también una voluntad política de las máximas autoridades, del Rector y del Consejo Superior, que hicieron posible también esta articulación»,dijo.
Finalmente, Ortíz resaltó que el Encuentro permitió un fortalecimiento de las iniciativas feministas y transfeministas que hay en la Provincia, porque obligó a abrir escenarios de debate interno. Al mismo tiempo, que se hayan movilizado 130.000 compañeras/es dio cuenta de un profundo compromiso con la agenda política feminista. «Para nuestros estudiantes que están en la UNSL fue un momento emocionante que les permitió vivenciar lo que en algunos momentos han podido escuchar o reflexionar sobre lo que genera el Encuentro», finalizó.
Por su parte, Nardina Lupi Casale, estudiante tesista de la Licenciatura en Comunicación Social participó del 35° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries realizando piezas de comunicación gráfica (papelería, remeras, afiches, credenciales, mapas, etc) para la difusión y logística del encuentro. «En esta ocasión trabajé con la subcomisión de prensa del Encuentro (…) creo que mi formación en comunicación fue clave para pensar estrategias y soluciones comunicacionales a las distintas problemáticas que fueron surgiendo a lo largo de los cuatro 4 meses que trabajé con el equipo del 35° Encuentro», dijo.
Además de su trabajo con la comisión organizadora del encuentro, también participó del Encuentro los días 8, 9 y 10 de Octubre como asistente. Desde su experiencia Nardina sostuvo que fue un evento muy emocionante, en donde más allá del encuentro y las marchas; disfrutó de jornadas intensas de producción de conocimiento. «En los talleres, que este año fueron 105, divididos en 15 ejes, discutimos distintas problemáticas, compartimos experiencias y a partir de estas reflexiones construimos la agenda feminista y transfeminista (…) como mujer que hace siete años milita el feminismo fue muy emocionante y movilizante ver tantas mujeres y disidencias reunidas para debatir y compartir experiencias que nos tocan a todes tan de cerca», explicó.
Por otra parte, destacó la importancia de que San Luis fuera sede de este Encuentro, no sólo por la gran inyección económica que significó para la provincia, sino porque estos eventos nos permiten visibilizar al feminismo como un movimiento social, político y teórico que tiene que estar presente en la agenda pública. «En una provincia tan conservadora como suele ser la nuestra, es indispensable que la gente se entere que este movimiento existe (…) fue muy emocionante ver a las personas salir de sus casas a mirar el paso de la marcha, filmar o sacar foto a los carteles, creo que al menos despertamos curiosidad y gracias a eso la provincia y las personas que la habitan se llevaron algo nuevo, que ojalá empuje a la reflexión».
Finalmente, Nardina resume lo que fue el Encuentro como un trabajo que le permitió aprender y perfeccionar habilidades profesionales, pero también fue un espacio de aprendizaje sobre feminismo, compañerismo y lucha. «Fue conmoverme y llorar de bronca al escuchar a la madre de Guadalupe Lucero pidiendo justicia; fue sentirme segura durante dos noches al salir a la calle y ver tantas mujeres juntas; fue sentir que no estaba sola al escuchar a compañeres con experiencias parecidas a las mías y también fue encontrarme con realidades muy distintas que me empujaron a la reflexión; fue histórico», finalizó.
Mirá la producción que realizó UNSL TV sobre el Encuentro.
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