Impacto de variables emocionales en la Lactancia Materna


Este es tema de investigación de la psicóloga Valeria Sosa Páez, quien realiza su tesis de maestría en Psicología Clínica sobre las Variables emocionales modulares de la lactancia materna en población vulnerable. Con este tema la investigadora representó a la UNSL en Bolivia, en un encuentro internacional de jóvenes investigadores.

Tal como indica su nombre, la investigación busca establecer patrones o relaciones entre algunas variables emocionales y los efectos, para bien o para mal, que pueden tener sobre la producción de lactancia materna. En este sentido, Sosa Páez administró sobre madres de zona oeste de la Ciudad cuatro (4) encuestas vinculadas a variantes como: el estrés, la depresión, el nivel de apoyo social percibido y los lazos parentales propios de las personas entrevistadas, y luego buscó vínculos entre cada uno de ellos y su influencia en el rendimiento del proceso de lactancia del bebé. 

Desde el año 2019, la Licenciada desempeña actividades en el Hospital del Oeste Dr. Atilio Luchini, donde hay un grupo de trabajadores que se encargan de promover la lactancia materna. De cierta manera, fue en este espacio donde surgió la idea y la motivación para llevar adelante su trabajo de investigación. «En aquél momento yo era nueva en el hospital, y aún no lograba definir mi rol allí (….) fue tratar de ver cómo podía ayudar, desde mi área de trabajo, a la población con la que estaba todos los días», resaltó.

El trabajo de investigación incluye un análisis de alrededor de 30 casos que reflejan una situación de lactancia materna con bebés de hasta un (1) año de edad. Si bien la muestra no alcanza a ser representativa, también ello es producto de las dificultades por las que atravesó la investigadora a la hora de recolectar los datos. «Empecé a buscar mujeres para las entrevistas justo durante el brote de la pandemia, había mucho miedo e incertidumbre entonces casi nadie iba al hospital (…) al final, terminé visitando particularmente diferentes hogares buscando voluntarias», recuerda.

En cuanto a resultados, las encuestas arrojaron que el promedio de edad de las mujeres entrevistadas dio 26 años, y que el 61% del total de los bebés hasta los seis (6) meses recibió leche materna exclusiva. «Son resultados esperables, porque condicen con encuestas similares de nivel provincial o nacional, lo cual no quiere decir que sea ideal, siempre se busca el 100% aunque sea una tarea difícil», asegura Sosa Páez. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los bebés necesitan leche materna exclusiva sin agregados sólidos o líquidos hasta los seis (6) meses de vida, y luego continuar tomando con alimentación complementaria hasta los dos (2) años.

Las conclusiones que pueden extraerse del trabajo son numerosas. Quizás una de las más importantes sea la relación directamente proporcional entre la situación de vulnerabilidad económica de la madre o familia de un bebé, y la ineficiencia en la lactancia de esa madre. «Aquellas mujeres que percibieron haber vivido una situación de pobreza, tenían mayores niveles de depresión, lo cual las llevaba a sentirse más estresadas y eso, finalmente, decantaba en una menor lactancia», explica la investigadora. Muchas veces, el estrés está relacionado con una hormona que termina inhibiendo la producción de leche, marcando una conexión directa entre variables emocionales y el impacto que pueden tener en la lactancia materna.

Además, se pudo establecer un vínculo entre el nivel de apoyo social denominado instrumental (apoyo directo) percibido por las madres y el perímetro cefálico óptimo del bebé, lo cual indicaría que los elementos aparentemente contextuales también tienen incidencia directa en el crecimiento sano de los/as pequeños/as.

Esto, tal como lo señala Sosa Páez, refuerza la idea de que «los problemas que vemos en torno a la lactancia no son exclusivos de las mujeres o madres, sino que es una responsabilidad conjunta de la familia, de la comunidad, de los trabajadores de la salud, en definitiva, de todos«, dijo.

Finalmente, la Licenciada destacó la importancia de generar redes desde los trabajadores de la salud principalmente con las poblaciones más vulnerables, para crear canales de comunicación e información, aportar al nivel de apoyo social percibido y promover la lactancia materna, porque «habitualmente las madres desconocen los beneficios que la lactancia adecuada trae tanto para los bebés como para ellas«. Una madre que amamanta más, tiene mayor probabilidad de no desarrollar cáncer de ovarios o de mama, y las protege de cuestiones como la diabetes y el sobrepeso. Además, la primera leche que genera la madre se denomina calostro, y tiene componentes que ayudan al bebé a desarrollar un sistema inmunológico óptimo.

Crédito: Tomás Álvarez (estudiante de la Licenciatura en Periodismo).
Coordinadora en Prensa UNSL: periodista Fabiola Aranda.

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