Desde la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) se está trabajando en el Programa UNSL en contexto de encierro. El mismo surgió como una posibilidad de acceso a la educación superior para personas privadas de su libertad, como así también para poder capacitar al personal del Servicio Penitenciario.
La iniciativa nació del ex rector C.P.N Víctor Moriñigo junto con la Dra. Clotilde de Paw. Dentro de sus objetivos se encuentra el conformar espacios de formación y capacitación para personas privadas de libertad ambulatoria. Los mismos estarán destinados a ofrecer espacios de capacitación específica en un saber particular a través de cursos, talleres de extensión (talleres literarios, apoyo escolar, temáticas específicas, etc.) y/o carreras de formación sistemática para la obtención de un título de pregrado o grado.
Además, se crearán espacios de formación para los/as docentes responsables de las propuestas educativas en contextos de encierro. Los mismos ofrecerán actualización y formación para el trabajo en las cárceles, propendiendo a poner en cuestión las representaciones sociales que estigmatizan a sujetos privados de libertad ambulatoria, teorías de grupos e instituciones, formación pedagógica, educación de jóvenes y adultos, elaboración de proyectos educativos colaborativos, cursos con participación de especialistas, entre otros.
Por otro lado, los espacios de formación y capacitación para personal penitenciario se ofrecerán en temáticas específicas tales como: comprensión y producción de textos, procesos comunicacionales, computación, aspectos jurídicos, vínculos e instituciones, u otras que emerjan como necesidades desde sus destinatarios.

Sobre el equipo de trabajo y las actividades realizadas
El grupo está integrado por personal docente de diferentes Unidades Académicas y personal nodocente del Instituto Politécnico y Artístico Universitario (IPAU). También lo integra la Coordinación General de Derechos Humanos.
Sobre este Programa, el subsecretario de Formación Preuniversitaria, Mgtr. Guido Fernández Marinone explicó que durante el año 2025 un grupo de docentes y nodocentes interesados/as y motivados/as por la educación en contexto de encierro, han mantenido reuniones con sistematicidad. Para estos encuentros convocaron a la Mgtr. Ana María Correa, profesora consulta de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), fundadora del segundo Programa en las universidades públicas, para que transmita desde su experiencia los pasos a seguir. Asimismo, se convocó a docentes de psicología que hace más de diez (10) años realizan estudios e intervenciones en contexto de encierro.
Una primera tarea fue compartir percepciones y apreciaciones de lo que sabían y creían saber respecto de la importancia de la educación en tal situación. «¿Qué sabemos de la cárcel?, esa institución cerrada que ejerce dominio de la totalidad de los movimientos de las personas privadas de libertad allí alojadas, ¿Cuál es su función y su finalidad?, ¿Qué sabemos de esas personas? de sus capacidades, competencias, motivos para acercarse a estos programas educativos. ¿Qué creemos que puede aportar la educación? ¿Qué puede aportar la Universidad?», explicó Correa. Esos ejes de orientación los llevaron a establecer contacto con personal del área de educación y del Departamento de Vinculación del Servicio Penitenciario. A partir de ese encuentro se plantearon bosquejos de temas acuciantes en el momento actual, tales como formación ciudadana y salud mental.
Al mismo tiempo, desde el equipo incursionaron en lecturas respecto de las interpretaciones de la problemática del derecho penal y la criminología desde una perspectiva en Derechos Humanos. «Esto nos llevó a pensar y a dialogar la cuestión de la promoción, garantía, restitución de los Derechos Humanos como actividad específica y distintivamente humana en la búsqueda de sentido», dijo la Profesora.

Por otra parte, establecieron conexión con la Red Universitaria de Educación en Contexto de Encierro (UNECE) que surgió durante la pandemia y que actualmente cuenta con 35 universidades públicas participando desde sus territorios y geografías particulares. «Así fuimos compartiendo no solamente para afrontar las vicisitudes, sino que también, estuvimos asistiendo activamente a seminarios de formación que desde la Red se propician para transmitir fundamentalmente la singularidad del proceso pedagógico-político que se produce en esta intersección universidad/contexto de encierro», agregó la Magíster.
Es así como, teniendo en cuenta la heterogeneidad y complejidad de problemas, organizaron y diseñaron ciertas líneas de fuerza a manera de Programa. Las acciones que se desencadenan siguen por un lado la vía institucional de legitimación en las instancias correspondientes hasta la concreción en agosto de la Ordenanza N°05/25 y por otro, la difusión o puesta en común de este Programa en la comunidad universitaria mediante conversaciones con los/as integrantes electos/as para esta nueva gestión académica. Esto último implica la distribución de flyers informativos y la aplicación de una encuesta en las distintas Facultades, para indagar la proximidad y distancia de los diferentes docentes respecto de la problemática en cuestión.
«La importancia que este Programa universitario tiene, reside en buena medida en la construcción de esos vínculos de compromiso y responsabilidad mutua», finalizó Ana Correa.

