Este jueves 11 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, fecha aprobada en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. En todo el país y el mundo hoy se destaca la contribución en el desarrollo científico de mujeres en la ciencia en general y en particular en las contribuciones para combatir la pandemia por Covid-19.
La Universidad Nacional de San Luis (UNSL) celebra este día y lo reconoce con diversas voces femeninas que han desarrollado un papel fundamental en los trabajos y desarrollos científicos en torno a estudiar el coronavirus y quienes también han trabajado para mitigar los contagios.
La Dra. Silvina Favier hace 30 años que se desempeña en la UNSL. Actualmente realiza sus tareas docentes en el Área de Farmacotecnia del Departamento de Farmacia de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia (FQByF). Desde los inicios de la pandemia, con su equipo desarrollaron soluciones sanitizantes, alcohol en gel y jabones en comprimidos de fácil uso y acceso para la higiene personal.
Ella considera que en el desarrollo científico en torno a buscar soluciones contra el Covid-19, hubieron varios grupos de investigación abocados a buscar soluciones, tanto inmediatas como a largo plazo. «La UNSL estuvo en permanente contacto con el Comité de Crisis provincial para poner a disposición equipamiento como recursos humanos», dijo.
En relación al rol de la mujer científica en este escenario considera que el sexo femenino hace tiempo forma parte de grupos de investigación y participación en la ciencia. «Esto queda evidenciado en las distinciones que se ha tenido por parte de la mujer en este rubro. Desde el área en la que trabajo se realizan tareas de docencia, investigación y servicio y en este último punto fue en el que estuvimos trabajando, a manera de poder abastecer a la Provincia y a quienes lo requirieran, tanto del sector universitario como escuelas que siguieron funcionando», explicó.
La Dra. Silvia Di Genaro hace casi 40 años se relaciona con la UNSL. En 1984 ingresó como estudiante de la carrera Licenciatura en Bioquímica y desde ese momento recorrió un largo camino en la Institución. Desde el año 2013 es profesora titular de la materia Inmunología. Además colabora dictando un módulo de Inmunología para la Licenciatura en Enfermería y trabaja como investigadora del CONICET en el Laboratorio de Inmunopatología y Citometría de Flujo del Instituto Multidisciplinario de Investigaciones Biológicas de San Luis (CONICET/UNSL).
Ella expresa que las respuestas de desarrollos científicos en busca de soluciones contra Covid-19 fueron mundiales e inmediatas y considera que esta pandemia se produjo en un momento en el cual el grado de desarrollo científico es mayor, lo que permitió acortar plazos. «En Argentina, rápidamente hubo una convocatoria a proyectos de investigación referidos a esta enfermedad, y estos proyectos debían demostrar dar resultados a corto plazo. Además de este financiamiento, se hizo valer la experiencia científica existente en el país formando grupos de expertos/as que asesoran al Gobierno en sus decisiones durante la pandemia», esbozó.
También sostuvo que en muchos casos, se produjo una pausa en la investigación de los temas en los que se venía trabajando, en parte debido a la restricción al ingreso a los laboratorios. Pero también, muchos científicos y científicas cambiaron sus prioridades para involucrarse en el estudio del nuevo coronavirus «Así, se desarrollaron kits diagnósticos como COVIDAR, un ensayo para la detección de anticuerpos en suero, que fue el resultado del esfuerzo de un grupo de investigación del Instituto Leloir. También, investigadores/as argentinos/as trabajan en el desarrollo de una vacuna que se encuentra en fase pre-clínica. Por otra parte, el Instituto Malbrán secuenció las cepas del virus en Argentina y realiza la vigilancia genómica del virus. Estos ejemplos son solo una muestra de las capacidades científicas logradas por una historia de investigación científica básica que con muchísimo esfuerzo ha podido desarrollarse en el país», dijo.
Añadió que es de destacar el rol de la UNSL ya que puso todos sus esfuerzos en investigación y transferencia para tratar de dar respuestas a la pandemia. «Creo que esta experiencia de la pandemia por Covid-19 debería servirnos para valorar la importancia que tiene la investigación científica en cada país. De allí, es importante fortalecer la investigación científica en Argentina en todas sus capacidades: recursos humanos, infraestructura, instrumentos».
Por otra parte, respecto al lugar de la mujer científica en este escenario, consideró que la ciencia sin duda no tiene diferencias de género. Sostuvo que sin embargo, a nivel global se ha observado que en el 2020 el número de publicaciones científicas, en las cuales mujeres participan como autoras, se ha reducido (solo una (1) de cada tres (3) autores de publicaciones son mujeres). «En nuestro país, si se observan los datos del número de investigadores científicos del Conicet en 2019, el número de investigadoras es 7.956 y supera al de hombres que es de 7.060. Durante la pandemia, equipos de investigación liderados por mujeres, lograron desarrollar el kit diagnóstico COVIDAR o realizan el estudio de la vacuna candidata que se encuentra en fase pre-clínica, indicando un rol central de la mujer científica en Argentina», explicó.
La Dra. Jimena Manzur, forma parte del Laboratorio de Biología Molecular de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia (FQByF) y junto a sus colegas trabajó en el desarrollo de una metodología de PCR dúplex en el diagnóstico de Covid-19, particularmente en el diseño de un método que simplifica y acelera los testeos. Actualmente se desempeña como profesional de apoyo del Instituto Multidisciplinario de Investigaciones Biológicas de San Luis (CONICET/UNSL) y como profesora adjunta de la cátedra de Ingeniería Genética.
La experta consideró que nunca en la historia de la humanidad se generó tanto conocimiento científico y en tan poco tiempo como durante en esta pandemia, y también sostuvo que ésta generó un cambio en la forma de realizar el trabajo científico, ya que investigadores de diferentes disciplinas participaron para aportar su grano de arena en el conocimiento del virus, la forma de detectarlo y tratarlo.
«Esta es una experiencia única de la que tenemos que aprender porque esta forma de hacer ciencia es mucho más transversal y democrática que cualquier otra forma antes vivida por científicos y científicas de este país. Se ha hecho mucho en estos 13 meses de pandemia y considero que hay que seguir haciendo, y en nuestra Universidad, particularmente en la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia (FQByF) estamos armando una unidad de desarrollo de Diagnóstico Molecular que apunta a hacer frente a las múltiples necesidades de Diagnóstico Molecular de la Provincia que hasta el día de hoy se derivaban», dijo.
Ella destacó que a partir de esta pandemia se debe recordar constantemente la necesidad de impulsar la participación de las mujeres en la ciencia. «Lo digo particularmente por las maravillosas contribuciones que han realizado en esta etapa tanto la Dra. Carla Vizzotti, como secretaria de Acceso a la Salud, e investigadoras como: Lucia Chelmer, Itatí Ibañez, Andrea Gamarnik y muchas otras (…) A las mujeres siempre se nos ha hecho difícil avanzar en la carrera científica, ya sea en el rol de investigadora o de profesional de apoyo (…) En mi humilde experiencia considero que el sistema científico argentino es aún demasiado patriarcal, ya que las mujeres científicas en puestos de liderazgos siguen siendo menos del 30% dentro del Conicet», expresó.
Por otra parte, consideró importante mencionar que hasta hace muy poco tiempo no existía ni en el CONICET, ni en instituciones educativas como la Universidad, protocolos de violencia por lo que resaltó de gran importancia instaurar el debate sobre la problemática de género. «Haciéndome eco de las palabras de la Dra. Gamarnik, a quien admiro, quisiera decir que es importante en que pensemos en cómo transformar la forma en la que hacemos ciencia», concluyó.