El análisis y estudio de 17 muestras de vinos de la región cuyana determinó concentraciones permitidas de manganeso que cumplen con estándares internacionales que regulan la presencia de este contaminante emergente, que en altas concentraciones es nocivo para la salud.
Ignacio Vargas, estudió concentraciones de manganeso en vinos argentinos mediante fluorescencia en fase sólida empleando nanopartículas de plata. Su objetivo fue determinar qué concentraciones se encontraban vigentes ya que a nivel nacional no existe una ley que regule la presencia de contaminantes emergentes (como el manganeso, plomo, cadmio) en vinos, y así contribuir con la calidad del producto.
El estudiante de quinto año de la Licenciatura en Química de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) integra un proyecto de investigación que determina contaminantes emergentes inorgánicos mediante metodologías luminiscentes en el ambiente y en alimentos. Según detalló, el manganeso en bajas concentraciones es fundamental para el cuerpo, pero en altas dosis puede generar enfermedades como el Manganismo (desorden neurológico), parecido al Parkinson.
En el país no existe una regulación por ley que determine concentraciones de estos contaminantes en vinos. Sí lo está en España, por ello se utilizaron estos parámetros a modo de referencia. «Descubrimos que hay manganeso en los vinos estudiados, y comparando los resultados con los parámetros permitidos por una regulación internacional, encontramos que las muestras que analizamos están dentro de los límites y a esa concentración no es nocivo, lo cual es un resultado favorable», recalcó.
Metodologías utilizadas
Se trabajó con fluorescencia en fase sólida. Se usó un papel de filtro embebido en una solución de partículas de plata las que fueron utilizadas como biosensores para luego, cuando se aplicara la fluorescencia, detectar el manganeso. «Utilizamos 17 muestras de vinos, entre ellas tinto, blanco, rosado y blend».
La metodología empleada arrojó buenos resultados y según explicó Ignacio Vargas podría aplicarse a otras muestras y a otros analitos a determinar. Además, sostuvo que es ambientalmente eficiente, económica y no genera residuos tóxicos. «Es buena para el medio ambiente. También lo comparamos con otras metodologías que existían antes, los resultados fueron similares (…) Llegamos a la conclusión de que funciona bien y permite una sensibilidad y selectividad», explicó.
Rol social
El estudiante explicó que estos estudios podrían servir de base para llevar a cabo una ley nacional que establezca cuánto es lo permitido de manganeso en vinos de nuestro país para que no sea nocivo y así garantizar un mayor control de calidad de los productos. «Las industrias que producen vino generalmente proveen muestras a diversos Laboratorios que analizan y arrojan resultados de lo encontrado y qué se debería agregar o sacar para mejorar la calidad del vino», concluyó.
Dato
Con esta investigación Ignacio Vargas representará a la Universidad Nacional de San Luis en las jornadas internacionales de Jóvenes Investigadores que se realizarán en el mes de octubre en Paraguay.