En conversación con el Dr. Claudio Lobo, actual secretario de Comunicación Institucional y representante institucional de las políticas de género de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), conocemos en profundidad los primeros pasos de la elaboración del Protocolo Institucional de prevención ante denuncias por situaciones de violencia de género, identidad de género y discriminación. FOTO ARCHIVO.
¿Cómo comenzaron a plantearse las políticas con perspectivas de género en la UNSL?
Creo que tenemos tres (3) momentos: primero las condiciones previas generadas por la comunidad universitaria hacia la Universidad para que asuma políticas de género de forma explícita; en sus prácticas, en sus normativas y en su formación. La comunidad universitaria había producido esas condiciones de visibilidad que mucho tienen que ver con una demanda social más amplia.
Desde los movimientos estudiantiles, como del sector docente, nodocente y graduados se fue planteando esta actitud de que la Universidad asuma políticas que tiendan a eliminar la violencia de género.
Esas son las condiciones sociales en las que hay que ubicarse para luego pensar que, en 2017, se discute en el Consejo Superior un protocolo contra violencia de género. Entonces, luego de varios debates y de mejorar el proyecto, se aprueba por unanimidad la creación del Protocolo Institucional de prevención ante denuncias por situaciones de violencia de género, identidad de género y discriminación.
¿Cuál fue la segunda etapa?
La segunda etapa, necesaria para esta política oficial de la Universidad, tuvo lugar al año siguiente. Se trataba de la designación de un Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI) que se haría cargo de la implementación del Protocolo de la Universidad.
Aquí vuelve a intervenir el Consejo Superior y se realiza una convocatoria pública; se llamó a concurso. Se trataba de una situación muy estratégica porque estamos hablando de un tema tan central y sensible iniciándose en la UNSL.
La decisión tomada por el Cuerpo Colegiado fue designar el equipo técnico, conformado por una abogada, una trabajadora social y una psicóloga, para poner en vigencia el funcionamiento del protocolo. Ese fue el segundo momento.
¿Quiénes conforman el ETI?
El ETI está conformado por tres (3) profesiones: la abogada Yamile Alume, la trabajadora social Candela Manrique y la psicóloga, Alejandra Ortiz Alarcón. Todas con una amplia trayectoria profesional en lo que se refiere a género, y es por eso la importancia de evaluar propuestas y designar un equipo que al día de hoy está en función y que tiene a su cargo la implementación del Protocolo y la recepción de inquietudes y consultas acerca de situaciones que pueden considerarse violencia de género.
¿Cuál fue el tercer momento de las políticas con perspectiva de género?
El otro hito fue la adhesión de la UNSL a la Ley Micaela que promueve la prevención de la violencia de género en todas sus formas, junto a la capacitación de todos los poderes del Estado y de las instituciones que adhieran en sus instancias jerárquicas de conducción a la gestión de los temas sobre violencia de género.
Es importante marcar esto, porque no fue solamente una declamación donde la Universidad firmó, sino que comenzamos, junto al rector de ese momento, Dr. Félix Nieto Quintas, con el proceso de participación en las políticas de género.
Teníamos un trabajo enorme, cómo hacer conocer que la Universidad tenía un Protocolo contra violencia de género y cualquier tipo de discriminación; y al mismo tiempo hacer conocer al equipo que iba a estar a cargo de la implementación de dicho Protocolo.
Lo que sí teníamos en claro era diseñar políticas con perspectiva de género que no queden encerradas en el Rectorado o que queden como parte administrativa, sino que sean totalmente transversales a toda la UNSL y que se conozca que existe un protocolo al que toda la comunidad universitaria puede acceder.
¿Cómo es el proceso de trabajo en las denuncias?
Ese proceso nos llevó y nos lleva mucho trabajo. Este equipo tuvo la responsabilidad de empezar a darle forma a un circuito administrativo y una dinámica de funcionamiento para lograr la mayor serenidad en los procesos de intervención.
Las personas que se acercan a hacer algún tipo de consulta es porque se sienten en una situación de vulnerabilidad y es allí cuando el ETI realiza las primeras evaluaciones para considerar si estamos ante una situación de violencia de género para poder iniciar un procedimiento administrativo de denuncia, siempre con el consentimiento del denunciante. Buscamos garantizar la confiabilidad durante todo el proceso.
¿El protocolo es de acceso público?
En su momento se le dio amplia difusión en el sitio de Noticias de la UNSL y a través de las redes sociales. Hoy se encuentra en la página de la Universidad. En la parte inferior hay un zócalo donde se encuentran los tres (3) programas en funcionamiento pleno en la Institución. Allí se puede acceder a la información básica del Equipo Técnico Interdisciplinario junto a la normativa del protocolo de prevención.
Sabemos que debemos seguir trabajando, por el momento hay un proyecto para elaborar una página web con mayor información. Estamos generando estadísticas, procesos de capacitación, de vinculación y queremos volcar toda esa información en un espacio institucional de acceso público porque toda información que se produzca en relación con las políticas de género, es información pública.
Crédito
Nota producto de actividades de prácticas pre-profesionales de alumno de la carrera Licenciatura en Periodismo en Prensa UNSL.
Alumno: Juan Garcés.
Supervisora por Prensa UNSL: Fabiola Aranda.