Su hermano, Carlos López, junto a su familia estuvieron en la provincia por motivo de la inauguración de una plaza de la ciudad que lleva el nombre del Prof. Mauricio López, primer rector de la Institución, pero antes visitaron la Universidad Nacional de San Luis.
Antes de la celebración en el barrio Jardín San Luis el viernes 29 de septiembre, Carlos López acompañado por su esposa e hijo, visitaron una vez más las instalaciones de la UNSL, oportunidad en la que recordó a su hermano.
Carlos relató, emocionado, la llegada de toda la familia a Mendoza en el año 1938. “Mi padre era contador de telégrafo y tenía que ir de una provincia a otra, por eso mi madre, Mauricio y Raúl nacieron en Bahía Blanca, una de mis hermanas en Mercedes, Buenos Aires, otra de Concordia, Entre Rios y yo de Santa Rosa, La Pampa”, dijo.
Según relató, Mauricio López creció en una familia numerosa. “Él era como mi padre: muy recto. Le gustaba mucho el folclore y el tango. En casa hacíamos cantatas, él sacaba su guitarra y todos cantábamos” así lo recordó entre risas de felicidad su hermano Carlos, quien también enfatizó que Mauricio siempre estaba dispuesto a todo. «Era un hombre de palabra y todo lo que se proponía lo hacía», dijo.
Carlos subrayó que ellos no provenían de una familia adinerada y que a los estudios, Mauricio los logró con su propio esfuerzo. “Vivía en la biblioteca y tenía una letra que sólo él podía entenderla. Siempre rendía con 10, era un estudioso”.
Actualmente recordar el secuestro de Mauricio López es un hecho que golpea a todos los integrantes de la familia, pero el paso del tiempo no los detiene en la búsqueda de memoria, verdad y justicia. “Hasta no hace muchos años mi hermano Raúl, quien estaba en Derechos Humanos, con los abogados presentaron un hábeas corpus para saber dónde estaba, este hecho quedó encajonado en la mano de un juez y nunca salió. A causa de eso, hace unos años apareció una causa contra un poco más de 20 jueces que estuvieron involucrados y ahora están presos de por vida. Yo fui el querellante en representación de Mauricio”, declaró Carlos.
Edith Maria Bocardo, esposa de Carlos y cuñada de Mauricio, también lo recordó: “era muy franco. Siempre nos apoyó y contuvo en momento difíciles con nuestro primer hijo. Nos daba una tranquilidad que reconfortaba”, dijo. López fue un gestor en la Universidad y en la casa. Por esto, Edith reconoció: “necesité mucho la presencia y el apoyo de Mauricio”.