«El canto es una herramienta terapéutica para sacar cosas que la vida cotidiana ya no nos permite»


Yeka Ramos es la directora del Ensamble de Voces, perteneciente a la Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL). En entrevista con Noticias UNSL nos comenta cuáles son las tareas que realiza junto al grupo, sus objetivos y cómo se están preparando para su espectáculo de fin de año.

¿Cómo empezó tu historia con la Universidad Nacional de San Luis?

Empecé a estudiar la Tecnicatura en Producción Musical en el 2011 y ahí conocí a Ricardo Marino. Él era el coordinador de la carrera y aparte dirigía el coro de la Universidad. Me invitó a audicionar, vinimos con Paulett, una amiga con la que hasta hoy sigo tocando, y quedamos las dos (2) como sopranos. Ahí arranqué a venir al coro y a la vez seguí estudiando producción.

En un momento salió el concurso del asistente de dirección, me presenté y quedó Barbi, una de mis compañeras, pero le salió una oportunidad laboral en Córdoba. Como yo había quedado segunda en el concurso quedé como asistente del director en el año 2015, desde allí empecé a trabajar en la UNSL como nodocente.

Hace dos (2) años, durante la pandemia, me llamó Hilda Maggi que era la secretaria de Extensión en ese momento y me propuso ser la directora del coro. En esa oportunidad presenté un proyecto, que en realidad era un cambio rotundo de paradigma, en el que propuse ponerle Ensamble de Voces, en lugar de coro, con un fundamento que tiene que ver con cuánto no llama la Academia, cuánto hace que a la gente no le llame la atención audicionar para un coro, pero sí para un ensamble de voces.

Yo vengo de la música académica y de la escuela de Marino de Dirección Coral. Él siempre me insistió con viajar a capacitarme, por eso empecé a hacer muchos talleres, a viajar a Tandil donde hay encuentros de directores de coro. Me uní a la Sociedad de Directores de Coro del país, empecé a ser parte de la comisión de las mujeres dentro de esa Asociación, y comencé a militar un poco más la actividad coral, que en realidad es como una logia, es algo muy distinto.

Siempre en mi vida fue como algo medio oculto en realidad, lo que a mí me gustaba mostrar era lo que hacía con mis bandas o cuando hacía teatro, pero no la actividad coral, que era mi trabajo.

¿Cómo fue comenzar a trabajar desde la dirección del Ensamble durante la pandemia?

El primer año hicimos audiciones online. En ese momento audicioné a 60 personas por zoom. Desde el 2015 que ayudo a audicionar, pero nunca lo habíamos hecho con tantas personas. Esto implicó buscar recursos también con otros directores de todo el país, para sostener un grupo vocal desde la virtualidad.

Había gente, por ejemplo estudiantes, que se habían vuelto a sus hogares y que no tenían acceso a internet. Entonces siempre problematicé que no alcanzaba para todos. Por ahí muy pocas personas tenemos los recursos para instalar un programa, pagarlo, a veces comprábamos un programa y se lo podíamos pasar a cinco (5) personas, pero éramos más de 20 en el Ensamble.

Por suerte hoy somos 28 personas, más de la mitad del grupo se sostiene desde esa audición online y muchos ya veníamos del coro anterior y seguimos sosteniéndonos en el grupo.

¿Quiénes forman parte del Ensamble en la actualidad?

Esta vez también lo hicimos sin límite de edad. Mi enfoque del canto hace un par de años tiene que ver con lo emocional, más que lo académico y la técnica.

Tenemos personas mayores de 60 años y tenemos chicos ingresantes en la Universidad, gente que nunca leyó un pentagrama en su vida y gente que está muy experimentada. Es muy diverso el grupo y eso es lo que a mí me llama la atención de pertenecer a toda la comunidad coral del país y del mundo.

Generalmente son de un rango etario en el que son más grandes, más mujeres que varones, pero hay mujeres que cantan más grave y ayudan muchísimo a la cuerda de tenores y hay varones que cantan agudo también.

¿Cómo son las actividades que realizan? ¿Cómo son los ensayos?

Desde la Secretaría de Extensión Universitaria de la UNSL hicimos un convenio con el Instituto de Formación Docente Continua San Luis (IFDC). Yo estoy a cargo de la dirección vocal y Fabiola Perroni, a cargo de extensión del IFDC, se encarga de la dirección escénica, porque hacemos puestas en escena e interpretativas.

El Instituto en ese intercambio también nos cede los espacios para ensayar. Allí contamos con el SUM del lugar, que ahora se llama Mónica Ramos y es un espacio que tiene un escenario y aulas con piano. En este momento como ya no cursan, tenemos todo el IFDC disponible para ensayar en cualquier horario.

Está bueno aprovechar las herramientas de una Institución educativa provincial y de una Institución nacional. Ensayamos los días martes y jueves desde las 19:00 hasta las 21:30 horas. Hacemos ensayos parciales, yo me junto con algunas cuerdas primero y después ensamblamos todos.

Ahora estamos preparando nuestra presentación de fin de año, que lamentablemente no puede ser en el Auditorio Mauricio López, pero encontramos el Espacio Comuna, que es un lugar donde hemos tocado todos con nuestras bandas. El año que viene esperamos hacerlo obviamente en el Auditorio, que es la casa del Ensamble.

Te hemos visto en presentaciones y actos que son muy importantes para la Institución… También cuando estuvo Pepe Mujica, en la Asamblea de CRISCOS con rectores de toda Latinoamérica, ¿Cómo se preparan para esos eventos y qué implica para vos participar y mostrar tu trabajo ante personas tan importantes?

En el IFDC también participamos de actos en los que nos invitan, generalmente tratamos de que nos inviten con tiempo porque son en horarios en los que no disponemos de todo el grupo y es necesario que se completen las cuerdas.

Hay cuerdas que tienen cuatro (4) personas y si faltan dos (2), no puedo sostener un arreglo completo. Entonces ahí tengo que ver qué repertorio hago. Hay canciones en las que hacemos algunos arreglos murgueros, que están divididos en tres (3) voces, lo que me permite participar de estos actos en los que puedo disponer de menos cantidad de gente. Generalmente la mitad del grupo puede participar de esos eventos, entonces no podemos mostrar lo que nos gustaría.

Con Marcela Aravena y Cecilia De Battista decidimos hacer la performance que presentamos en el acto en el Ave Fénix previo a la charla de Pepe Mujica. Lo que hicimos estuvo dirigido por Marcela y fue una lectura de un poema de Polo Godoy Rojo, que se llama Busco la luz. Marcela me pidió que hiciera la música en vivo de una performance que hace Cecilia De Battista con algunas de sus bailarinas.

También estuvimos en la promoción de carreras. En ese espacio nos dábamos cuenta que no se mostraba la parte cultural de la Universidad. Participamos en los meses de julio, agosto y septiembre, donde vinieron escuelas al Auditorio. Allí pudimos hablar un poco con los estudiantes. Les decíamos de dónde veníamos y después les dábamos el lugar para que nos hicieran preguntas. Una de las consultas que más nos hacían era si verdaderamente era gratis participar del Ensamble, hubo muchísimo intercambio, la gente nos aplaudió un montón. Fue re linda la experiencia.

¿Qué le dirías a los estudiantes sobre los beneficios que trae el realizar actividades artísticas?

El canto es como un espacio donde realmente te liberas, y seguramente lo es en la danza y el teatro. Soy muy partidaria de que si bien nuestro cuerpo y nuestras cuerdas vocales son las productoras, nuestro instrumento son nuestras emociones, que no podemos dejarlas en la puerta del ensayo ni estar todo el tiempo con la mochila del día a día.

Lo que hacemos siempre es enfocarnos mucho en nuestra respiración, en el momento de calentamiento. El canto para liberar es una muy buena herramienta.

Los talleres que doy, que uno es en el SIDIU y otro en el Barrio Jardín, tienen un enfoque emocional de la voz, o sea, no desde la salud ni desde la academia. Son dos (2) espacios muy distintos, en el de SIDIU va mucha gente de la comunidad universitaria, profesores, alumnos, agremiados; y en el barrio va la vecindad.

Los talleres son espacios realmente muy liberadores, todos salimos siempre muy contentos, por más que son hasta tarde. El grupo humano es muy lindo. Hacemos una jornada extraoficial una vez por mes en la que festejamos los cumpleaños y hablamos de un montón de cosas. Entonces, el canto es una herramienta terapéutica para sacar un montón de cosas afuera que la vida cotidiana ya no nos lo permite.

A los talleres los arrancamos hace dos (2) semanas y la verdad es que justamente enfocarnos en las emociones a esta altura del año es muchísimo. El primer día había personas que solo presentándose se les quebraba la voz y decís, no sé si es angustia, o bronca, o no saber con quién paso la navidad.

Ese espacio está buenísimo y a mí me hace muy bien. Antes era un poco como un trabajo y ahora la verdad es que aprendo muchísimo de la gente que va. En el barrio hasta mediados de diciembre seguiremos ensayando los días miércoles de 15:00 a 16:30 horas.

¿Cómo vivís este trabajo junto a tu carrera solista?

Por ahí me entrecruzo un poco. Este año renuncié a un trabajo como funcionaria de Gobierno, lo que me demandaba muchísimo tiempo y no me permitía hacer música. En un momento dije no puedo sostenerme de la música del todo, entonces tomé la decisión de hacerme cargo solo de lo que me hace bien, que es la música. Ahí empecé a tomar también mi trabajo en la UNSL como música, porque dirijo un ensamble de voces.

Cuando hago shows con el pedal me loopeo mis voces, y a la vez lo que hago con el ensamble es como estar loopeando mis voces, pero son otras voces, otras personas. Cuando grabo los arreglos para el ensamble les mando lo que tiene que cantar cada uno y después lo vemos juntos.

Yo lo hago también para mis canciones, nada más que no se le mando a nadie para que la cante; entonces ahí me empecé a apropiar un poquito más de que el ensamble también es mi música. Nunca somos las mismas personas ni tenemos las mismas emociones, entonces la búsqueda no se termina nunca.

Me gusta mucho cantar mis canciones, por suerte ya no tienen tanta carga emocional como antes, pero también me gusta cantar canciones de otras personas, que me hacen sentir como un poco más libre.

¿Qué objetivos tenes a corto, mediano y largo plazo con el Ensamble?

Tenemos una propuesta para hacer un show el año que viene, que incluye algunas logísticas de técnica en el Auditorio. Es un espectáculo que no se ha visto antes en San Luis, eso requiere muchísimo presupuesto.

Ahora estamos preparando un show que presentaremos el jueves 15 de diciembre en Comuna a las 21:00 horas. Vamos a hacer una preventa de entradas que son muy accesibles, con un valor de $500 hasta los primeros días de diciembre y después va a aumentar la venta.

Seremos las 28 personas en el ensamble, junto a técnicos, maquilladoras, peinadoras. Charlie Braille nos hizo las capas del vestuario y Dania Peralta las intervino, es un equipo que se sostiene con la venta de las entradas.
Hay muchísima gente que se quiere unir ahora y ya estamos como en la recta final del año, por lo cual los invito a los ensayos, para que vean cómo es la dinámica.

Me gusta mucho que la gente esté interesada en participar el año que viene, me encantaría que seamos muchísimos más. Hay posibilidades de seguir dictando los talleres o de formar otro ensamble, dependiendo también de la demanda de las personas. A mí personalmente me gusta muchísimo el territorio, entonces quiero seguir sosteniendo el taller en el barrio o hacer un coro en el barrio.

Ojalá se den las condiciones para hacer el show que queremos. Eso es muchísimo dinero, pero creo que la Universidad Nacional de San Luis culturalmente tiene que dar un pasito más al frente, que tenemos todas las posibilidades, porque la verdad es que mis compañeras y mis colegas directores/as de los otros grupos culturales son eminencias también.

Dato

Quienes quieran ser parte el año que viene del Ensamble de Voces pueden escribir al email: vocesdelaunsl@gmail.com o consultar en la página de la Secretaría de Extensión Universitaria. Siempre se realizan convocatorias a principio de año para audicionar personas, dependiendo las vacantes que existan.

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