Los días 23, 24 y 25 de noviembre se realizará en simultáneo en las tres (3) sedes universitarias una Jornada de debate y reflexión. El eje será: Año 2022, planificación en pandemia de las condiciones para enfrentar la nueva normalidad.
La propuesta surgió del rector C.P.N Víctor Moriñigo, quien nos comenta cuáles son sus expectativas previas al evento que convocará a los claustros docente, nodocente y estudiantil de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL).
¿Qué expectativas tiene con respecto a la Jornada UNSL Escucha?
La expectativa sobre el encuentro es que participen, que la comunidad universitaria participe y se vuelva a dar ese espíritu de claustro que ya veníamos perdiendo antes de la pandemia y que hemos perdido totalmente después. Encontrarnos y escucharnos siempre es bueno.
¿Por qué es importante realizar este espacio de encuentro y diálogo entre los claustros?
Seguramente se han hecho cosas bien y queremos saber cuáles fueron para repetirlas. Trabajamos mucho a prueba y error desde hace casi dos (2) años de pandemia y entiendo que esas cosas que se han hecho bien hay que seguir haciéndolas. Seguramente hemos decidido y hecho cosas mal y a eso hay que intentar erradicarlo o tratar de cambiarlo. Pero sobre todo, entre lo que hicimos bien y mal, tiene que salir algo que sea posible para el 2022, que es tratar de tener la inteligencia de hacer el mejor sistema para el año académico próximo, que contenga toda la virtualidad que hemos ganado pero con una presencialidad importante a la hora de desarrollar la vida universitaria a la que estábamos acostumbrados.
¿Cómo imagina usted la UNSL para el próximo año?
No sé qué irá a decir la Jornada de reflexión, pero a mí me gustaría que el año que viene fuera un año de fuerte presencialidad, con una virtualidad inteligente y flexible. Advertimos en los censos estudiantiles que los/as chicos/as han preferido esta modalidad. Los/as estudiantes hablan de que la UNSL debe entramar una manera híbrida e inteligente y creo que tienen razón.
Tenemos que tener el esfuerzo de que las normativas académicas vayan en ese sentido, que haya una fuerte presencialidad, pero con una virtualidad inteligente y flexible que haga que puedan venir a parciales, a la cursada, laboratorios, pero que si existe algún tipo de acuerdo entre los/as docentes y los/as estudiantes, sigamos virtualmente en varias situaciones. Creo que hay que encontrar un punto medio y posible, que ojalá que lo logremos y tengamos la capacidad para verlo.
¿Qué le diría a la comunidad universitaria para invitarlos a participar el 23, 24 y 25?
A la comunidad universitaria le diría que hagan el esfuerzo de venir, de participar y contar su experiencia. El año pasado pasó tan rápido y tan extraordinariamente que discutíamos si era factible la virtualidad, y se pudo; si podía ser posible dar todo virtual en disciplinas en las que era difícil y se pudo; si íbamos a poder tomar exámenes y también se pudo. Creo que se va a poder tomar la mejor de las decisiones, pero necesitamos no inferir lo que piensan, sino medir la sensación de la experiencia, para que sea un verdadero insumo para el Consejo Superior, Consejos Directivos y que sea un insumo en el que invertir nuestros propios presupuestos.
Ojalá que vengan, que participen y que retomemos esa linda experiencia de claustros que ha tenido la Universidad, donde puede haber distintos contrapuntos, pero se habla con el respeto y la pluralidad a la que estamos acostumbrados en la Universidad.
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