Expertos desarrollaron con éxito una prótesis de mano impresa en 3D


A través de la transferencia científica y tecnológica, Ignacio Suárez de cuatro (4) años, disfruta de una prótesis impresa en 3D para cubrir una malformación congénita de su mano izquierda. «Nacho» como todos lo llaman, recibió su prótesis y estuvo acompañado por su familia, médicos, profesionales y estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Salud (FCS) y del Laboratorio de Mecatrónica de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias (FICA).

Ignacio cumplió uno de sus mayores sueños y se convirtió en un gran súper héroe para su familia y para la Universidad. Su papá, Luis Suárez, contó que desde un principio, cuando los médicos plantearon la posibilidad de brindarle un mano impresa en 3D, Nacho no paró hasta conseguirla.

«Estamos muy felices, como él (…) Desde un principio que los doctores lo hablaron lo quería y lo veía por internet, y ahora lo tiene, eso lo satisface mucho y nos hace muy felices a nosotros. Todo es por él. Nacho eligió el diseño y está muy feliz», explicó su papá y agregó que sus compañeros de jardín y sus maestras están esperando al mini «Iroman» de San Luis. «Él muy feliz les contaba a todos que iba a tener una mano», dijo el padre.

Con este importante aporte de profesionales y estudiantes de la Universidad, el pequeño gran héroe podrá agarrar elementos, como un vaso, o andar en bicicleta. Carlos Guillermo Simondi Romero, es el médico especialista que desde hace dos (2) años acompaña a Ignacio en su tratamiento. Según explicó, el paciente ha venido realizando rehabilitaciones continuas para tratar de ir ganando la mayor capacidad funcional en su mano izquierda.

«Es una patología congénita, es decir que él nació con esto, y lo que nosotros hemos planteado desde la Universidad, a través de un proyecto en el que estoy incluido como médico del paciente, es darle una posibilidad más de uso a esa mano a través de una prótesis de fabricación tridimencional que nos permite darle más capacidad al niño con la concebida razón de que este es el primer paso, o el inicio, de una rehabilitación para hacer uso de esa prótesis», especificó.

Se trata de una prótesis que de acuerdo al tamaño del paciente va ha tener que ser modificada, por lo cual es muy importante que esté dentro de un ámbito universitario. «Ya no es solamente un paciente de un Centro Médico o de un especialista en particular, sino que lo es de una institución que lo va a cubrir en el tiempo para que esa prótesis siga funcionando y cada vez se vaya modificando, y en el tiempo tenga una buena calidad de vida», añadió el médico del pequeño, quien además es docente de la Facultad de Ciencias de la Salud.

Simondi Romero explicó que actualmente el niño tiene un agarre parcial con una flexión de muñeca. «Hay elementos por ahí muy finos que no los puede agarrar o elementos muy importantes, como puede ser un vaso, que los agarra con dificultad. La mano, al tener apertura y cierre, vamos a poder ganar «pinza» que es un movimiento muy específico, que le permitirá empezar a entrenar para agarrar elementos de más o menos tamaño, y con esfuerzo y rehabilitación podrá ir aumentando el peso de los objetos», detalló.

Al igual que Ignacio, los expertos y estudiantes tienen en vista un segundo objetivo. «Tenemos en proyecto trabajar con otro paciente, veremos cuánto tiempo nos lleva porque la patología es más compleja», agregó el especialista.

Sueño cumplido en seis meses

Este trabajo se logró a través del proyecto de extensión: Diseño y desarrollo de prótesis 3D para malformaciones de extremidad superior de la carrera Licenciatura en Kinesiología y Fisiatría, dirigido por el Prof. Guillermo Lehne (FCS) y co-dirigido por el Dr. Luis Ávila (FICA).

Al inicio de la actividad Lehne destacó que este trabajo abre una puerta inconmensurable a una tecnología que parece muy reciente e inaccesible pero que lleva muchos años y se desarrolla muy rápidamente, proponiendo infinitas posibilidades de forma accesible. El objetivo es brindar herramientas a los alumnos para ayudar de manera auténtica y con un bajo costo a personas con malformaciones de miembros superiores.

En julio de 2018 el proyecto fue aprobado por el Consejo Superior de la Universidad y desde ese entonces los estudiantes y docentes de Kinesiología y Fisiatría realizaron viajes a la ciudad de Villa Mercedes para conocer el Laboratorio de Mecatrónica y encarar un trabajo multidisciplinar aplicado a la salud.

En todo este proceso la familia Suárez también participó ya que viajó hasta la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias para que los profesionales pudieran tomar medidas y observar bien la patología de Ignacio para realiza una prótesis adecuada para su caso. «El primer paso fue comenzar a buscar diseños de prótesis. Cada malformación es diferente por lo cual cada diseño de prótesis también lo es», explicó el Dr. Luis Ávila del Laboratorio de Mecatrónica.

Ávila sostuvo que si bien en el Laboratorio hace tiempo que cuentan con tecnologías y conocimientos necesarios para desarrollar este tipo de productos, siempre tenían la duda sobre qué fundamental era la parte clínica en este tipo de desarrollos. «Hicimos varios diseños y evaluamos el tipo de materiales que se ajustaban a ese diseño, tomamos medidas y evaluamos modificaciones de las formas originales. Pudimos dar con un diseño que se ajustaba bastante a las necesidades clínicas del paciente», dijo.

La prótesis está hecha con un material PLA, que dentro de los materiales para impresión es un material blando, si bien no se puede cambiar la forma estando en frío si se puede cambiar la forma con temperatura, lo cual lo hacía mucho más adaptable para tratar este tipo de malformación. «Este tipo de material no le va a afectar en nada la salud del nene y lo bueno que tiene es que cualquier parte de la prótesis al ser plástico se puede imprimir nuevamente de manera muy rápida (…) El diseño de la mano es muy utilizado a nivel mundial. Existe una organización internacional que congrega los diseños de distintas partes del mundo. Nosotros nos basamos en uno de estos diseños y realizamos bastantes modificaciones», especificó Ávila.

La mano tiene movimientos en todos sus dedos y si bien no es una prótesis avanzada, le va a permitir a Ignacio agarrar un vaso de agua, sostener objetos grandes, andar en bicicleta, entre otras actividades. «El paciente tiene una gran plasticidad a nivel neuronal que puede acostumbrarse rápidamente a tener una ampliación de su extremidad», concluyó el investigador de la FICA.

Fotos: Las imágenes cuentan con la autorización de los padres de Ignacio Suárez.

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