Buscan reutilizar el agua desechada por industrias textiles


Científicos/as de la UNSL y del INTEQUI desarrollan mecanismos de remoción aplicando técnicas de biología molecular en efluentes industriales, particularmente en aguas contaminadas con colorantes de empresas textiles.

Al proyecto lo dirige el Dr. José Bonilla, un joven científico que se encuentra realizando sus estudios posdoctorales en la temática. El objetivo es emplear técnicas proteómicas, propias de la biología molecular, en aguas coloreadas que expulsan en grandes lagunas las industrias textiles.

Específicamente el foco está puesto en el empleo de sistemas biológicos que tienen la capacidad de remover colorantes azoderivados, que son parte de los efluentes industriales que generan problemas ambientales y que afectan la vida acuática y terrestre.

El proyecto se titula: Expresión diferencial de proteínas en la remoción y degradación fúngica de colorantes textiles y fue seleccionado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica a través del Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCyT).

La industria textil, por su proceso de teñido de telas, genera una gran cantidad de contaminantes que son muy diversos y que van todos en el efluente, donde no solamente se detectan colorantes sino también se encuentran metales pesados. «Como toda actividad industrial tiene su efecto sobre el ambiente, el tema es que hay que tratar de minimizarlo (…) ya de por si el efluente es muy coloreado y eso es un problema porque afecta la vida acuática. Al generarse lagunas que son coloreadas se impide la generación de la luz solar y eso afecta a toda la actividad fotosintética de las plantas y a la vida de los peces. A parte es muy toxico, salino y alcalino», dijo el investigador.

Luego de extraer las muestras de campo, el trabajo arduo se realiza en el Laboratorio de Biología Molecular y Biotecnología de doble dependencia INTEQUI/UNSL y en un laboratorio especializado en la Universidad Estatal de Dakota del Sur (Estados Unidos).

«Generalmente estos efluentes son descargados al ambiente en lagunas y dejan que se evaporen y no reciben tratamientos particulares para permitir el reúso de esa agua. A eso apunta este proyecto. A poder tratar efluentes industriales y hacer que el agua sirva para ser descargada al ambiente o como riego, o incluso para ser reutilizada dentro de la planta», sostuvo Bonilla quien agregó que el agua es un bien que se nos va a agotar en algún momento y que hay que regular bien su uso.

El enfoque proteómico de este tipo de sistemas biológicos es lo novedoso. «En San Luis no hay mucha gente que haga proteómica», dijo José quien desde su tesis de grado en 2014 trabaja con el Dr. Eduardo Callegari, egresado de la UNSL, quien es el nexo con el Laboratorio de Estados Unidos.

El camino para llegar a una aplicación concreta es bastante largo y hay que tener en cuenta diversos factores, porque no es lo mismo trabajar en condiciones controladas en un laboratorio que salir a campo. «Este tipo de estudios nos da mucha información del sistema con el que estamos trabajando y también nos previene de muchos pasos al momento de desarrollar una estrategia, principalmente en lo que es prevenir contaminaciones secundarias, porque hay veces que cuando trabajamos con compuestos orgánicos la transformación de esos compuestos pueden generar compuestos que son más tóxicos», dijo el doctor.

La investigación se enmarca en un proyecto corto de dos (2) años que requería la convocatoria PICT del FONCyT. Este estudio está enfocado a la parte básica de mecanismos aplicando biología molecular que arroja datos útiles para en un futuro desarrollar estrategias de revalidación de efluentes.

Como objetivos, en el proyecto también se planea evaluar sistemas biológicos frente a efluentes textiles reales pero en condiciones de laboratorio. Eso después abrirá puertas a estudios más aplicados a la biotecnología y así lograr el desarrollo de diversos procesos.

«Parte de las muestras son de una empresa textil que estaba radicada en Villa Mercedes. Ahora estamos buscando nuevos nexos, principalmente con industrias textiles de La Rioja, Catamarca o de zonas cercanas a San Luis y que no estén la cuenca del Rio de La Plata que es lo más estudiado en Buenos Aires», expresó Bonilla.

Según explicó el científico, un proyecto más ambicioso es no solamente probar en la colección que tienen de microorganismos sino salir a buscar nuevos sistemas biológicos nativos que se aíslen de esas zonas afectadas. «Las condiciones ambientales generalmente ejercen una presión sobre esos sistemas y hacen que se adapten a esas condiciones».

¿En qué etapa de la investigación están?. Actualmente se han realizado estudios de resistencia y tolerancia y se ha visto la capacidad de remoción. «Pude extraer proteínas a nivel intra y extra celular con reactivos que compramos hace poco. Ya envié muestras a Estados Unidos y ahora estamos esperando que lleguen y sean analizadas (…) A veces cuesta mucho que las empresas den efluentes, les da un poco de miedo de lo que se pueden encontrar».

En relación a ello, el Dr. Bonilla sostuvo que la legislación vigente que regula la actividad industrial tiene «bastantes patas flojas», ya que se miden solo determinados parámetros y se pierden diversa información valiosa en cuanto a toxicidad. «Nosotros queremos generar información que vemos que está faltando», concluyó.

Financiamiento. El proyecto recibió alrededor de 900.000 pesos. Con el primer desembolso ya efectuado han adquirido una Cuba de Electroforesis que sirve para trabajar con muestras de proteínas, específicamente para separarlas y después poder analizarlas. También se adquirirán reactivos necesarios para fabricar geles de separación de proteínas.

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